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Publicado por
ALBERTO DEL POZO ROBLES
León

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YA LO anunciábamos desde la FADSP hace más de cuatro años, que el futuro de la asistencia sanitaria para Castilla y León es muy preocupante y con tintes caóticos (al menos en Atención Primaria), como también entonces advertíamos que la situación empeoraría si alguien, con sentido común y con ideas claras en materia de políticas públicas, no lo evitaba. Hace unos días, a raíz de la vergonzante situación suscitada en el Hospital del Bierzo, un colaborador de este Diario escribía un muy coherente artículo que titulaba «Un médico, por favor», y hace muy poco, era el informe de la Sociedad Castellano Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria la que nos viene a dar la razón, y lanza su muy cualificada voz de alarma. En la FADSP coincidimos con esta Sociedad en alguna de las causas que provocan la fuga de profesionales sanitarios de Castilla y León (especialmente desde León), y en concreto respecto a la nefasta gestión de los recursos humanos sanitarios. Pero aún somos más críticos en otras... por ejemplo, a) en la torpe y desigual asignación de recursos, según de qué zonas geográficas se trate; b) en la cicatera asignación presupuestaria para el capítulo I (de Personal) y en sus diferentes consignaciones para guardias, sustituciones, desplazamientos, condiciones de contratación, etc; y c) en la forma caciquil, de hace años, por la que se abrieron multitud de pequeños «consultorios-chapuza» en municipios de poco más de 50 habitantes, lo que a la postre ha supuesto un consumo ineficiente de una ingente cantidad de tiempo y recursos a lo largo y ancho de toda esta dispersa y atomizada comunidad autónoma, en un diáfano ejercicio de caciquismo provinciano por parte de los responsables de, entonces, la Consejería de Sanidad. No estará de más el recordar, por ejemplo, que en León hay listas de espera de más de dos meses para algunas consultas y exploraciones, que el servicio de urgencias del Hospital está frecuentemente colapsado y que en algunos tramos horarios las «urgencias» se atienden con más de dos horas de demora, que hay consultas médicas de algún centro de salud que se atienden sin médico (siendo sus tareas asumidas por otros profesionales no médicos), que hay profesionales que tienen que responsabilizarse de tareas que no le corresponden legalmente, que hay profesionales que deben doblar guardias (con el consentimiento de las gerencias, en un alarde de flagrante dejación de funciones por parte de sus responsables), que hay profesionales de cierta edad (y por ello exentos legalmente de tener que hacer guardias) que están siendo coaccionados para volver a hacerlas de nuevo, y todo esto, hipotecando la calidad asistencial que en ocasiones se convierte en precaria, y donde los posibles errores en la asistencia deberían ser asumidos por el propio Sacyl. Errores que si no son más frecuentes es gracias a la gran profesionalidad de los trabajadores sanitarios que, en un acto de generosidad impagable, están llegando a renunciar a sus ya conquistados derechos laborales, derechos compartidos con otros trabajadores pero que, en el ámbito de la sanidad castellana y leonesa, se ignoran y vulneran. Mientras, y esto no deja de ser llamativo, los sindicatos del sector guardan un respetuoso y «sospechoso» silencio, incluso aunque las próximas elecciones sindicales estén a la vuelta de la esquina... En nuestra opinión (FADSP) la gestión de personal ha sido desastro sa, con salarios precarios, modelos de contratación basura, y sin propuestas medianamente sólidas para el proyecto vital y profesional de estos trabajadores y sus familias, lo que ha desencadenado que estos profesionales acaben emigrando a otras provincias, regiones o países¿ Esa ineficiente gestión de personal se ha visto adornada, además, con una inexplicable ausencia de planificación de recursos, planificación necesaria para haber previsto y evitado que esta situación se produjera. Incluso, las propias universidades castellanas parece que tampoco se sienten concernidas en su cuota de responsabilidad, a la hora de tener que flexibilizar su «numerus clausus» en Facultades y Escuelas por mor de las necesidades de la sociedad. En conjunto, se observa una pasividad por parte de la administración responsable de la Junta que sólo parece tener como finalidad la privatización de la asistencia por la vía de la asfixia financiera y de recursos en la sanidad pública. De no tomar medidas urgentes a corto plazo, y otras medidas correctoras a medio y largo plazo, nos llegará la hora en que se tengan que suprimir consultas en algunos pueblos, exportar enfermos a otros lugares y hospitales, concertar con la sanidad privada en condiciones inasumibles, introducir el copago a los pacientes, disminuir la aportación y gratuidad de los medicamentos, pagar la hostelería y lencería en los hospitales, etc¿ y claro, también se tendrá que subir el precio del litro de la gasolina para así poder financiar una sanidad mal gestionada en sus aspectos de personal. Sólo nos queda esperar que León sea declarado «país en vías de desarrollo» sanitario, para que así, Médicos sin Fronteras u otras ONGs sanitarias nos puedan prestar sus recursos humanos y, en vez de comisionarlos hacia Zimbawe, nos los envíen al Hospital del Bierzo, o al Centro de Salud de Palomera o La Bañeza, o al Consultorio de La Robla, por poner un ejemplo¿ Pero eso sí, cuando a los sanitarios mayores de 55 años se les vulnere su derecho a no hacer guardias, cuando algunos tengan que hacer guardias de más de 48 horas ininterrumpidas, cuando a otros se les obligue a tener que pasar dos consultas simultáneas (en un desafío al don de la ubicuidad), cuando a los enfermeros se les obligue a realizar tareas de médicos, etc¿ entonces esperamos que los muchos profesionales sanitarios que están trabajando en tareas de gestión en las Gerencias también se ofrezcan voluntaria y generosamente, «por razones de servicio», para así enriquecer ese «contingente en la reserva» y poder ofrecerse a hacer guardias, o a pasar consulta por los pueblos de la montaña de este país «en vías de desarrollo»¿ Y no creemos que Aristóteles ya pensase en el Sacyl cuando afirmaba que¿ «Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe¿».