La polémica que no cesa

LA SENTENCIA del 11-M ha dado la razón a quienes habíamos llegado inequívocamente a ella tras aplicar el sentido común al asunto, asistir a las investigaciones policiales, constatar de cerca la cuidadosa instrucción del sumario por el juez del Olmo y presenciar la vista pública en la Audiencia Nacional. Pero la decisión final no ha conseguido en modo alguno aplacar la polémica política que se arrastra desde los propios atentados, desde aquel 14-M en que se produjo la alternancia contra la mayoría de los pronósticos. La lectura de la prensa de ayer era desoladora: los autores de la «teoría de la conspiración» mantienen intactas todas sus tesis con la misma audacia que si la sentencia no se hubiera producido. Pero la irritación que suscitan las nuevas marrullerías pasarán factura a sus autores.