El AVE, desplumado

VOLVEMOS al mixto, aquel trenillo a la vez de viajeros y mercancías que siempre llegaba con retraso en los ya lejanos tiempos de nuestra infancia, cuando parecía que había todo el tiempo del mundo para perder el tiempo. En la vía muerta de la Ruta de la Plata con los raíles bien enterrrados de polvo y de olvido, aunque todos los gobiernos prometan resucitarlos cada cuatro años, yacen recuerdos muy queridos. El trayecto entre Astorga y La Bañeza, distantes unos veinte kilómetros, tardaba en recorrerse no menos de hora y media porque el maquinista paraba en todos los apeaderos y, mientras a tu padre le daba tiempo a tomar un chato de vino, a tí te caía como mínimo un pirulí de caramelo en la época del racionamiento. Dicen que este martes, o sea hoy, va a llegar el tren AVE a León raudo como el mixto. Retrasos aparte podrá ya cargar viajeros y, a partir del 22 de diciembre, será un pajarico a plazos para llegar otra hora y media antes a Madrid, una vez que Zapatero inaugure la línea en Valladolid, que, será su pueblo o no, pero hasta aquí no ha llegado. Mientras, nos dará tiempo a chuparnos el dedo, otro caramelo electoral para los jubilados cazurros y los de Gijón, que van todos a acartonarse a la playa de Benidorm sin prisas. Viajeros al tren electoral. Esto es otro apeadero y no intente rebobinar en el tiempo el pensionista sobre lo que pudo ser y no fue, porque las manecillas del reloj las tiene Zapatero, el jefe de estación a toque de silbato, aunque le da a uno que todo va al revés, «antes de salir, dejen entrar, Gobierno de España», y no se sabe si el tren nacional chufla o no. Debe de creerse Mussolini, del que es fama que fue el primero en conseguir que los trenes llegaran a su hora, si bien luego descarrilara Italia entera. Preguntado al otro día el jefe de prensa de La Moncloa, señor Moraleda, al que en sus años mozos servidor conoció de remolachero de UPA-UGT, se limitó a responder como Buster Keaton, el maquinista de la General, con un «non coment». «El presidente tiene cara de palo», concluyó.