Diario de León

AVE DE PASO

Cambio catalán (CC)

Publicado por
ASSUMPTA ROURA
León

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NO HAY mal que por bien no venga. Para que el viejo refrán cumpla con su significado hay que ser algo más que astuto o habilidoso. Es recomendable cambiar el ángulo de mira, como hace el novelista que concede protagonismo a un nuevo personaje para que lo narrado tenga otra explicación en un ecuánime equilibrio de luces y sombras y lo que se trata de explicar adquiera una dimensión que supere el cerrado costumbrismo. Eso mismo acaba de pasar con Cataluña, aunque apenas se haya hablado de ello y de su enorme importancia para todos. El presidente catalán, José Montilla, se plantó en Madrid y ante los empresarios señaló el cambio de perspectiva y con él el víctimismo pujolista tradicional, el mismo que ahora, a falta de ideas, se entretiene en fundar «la casa gran del catalanisme» que en lengua castellana se traduciría por la hacienda del catalanismo, se convirtió en un cadáver existencial por el que rezar alguna plegaria en rehabilitada hacienda. En nada más. Montilla, con una pulcritud constitucional de vértigo, alertó a empresarios y gobierno de la desafección catalana a España, no como una amenaza, la pesada e inútil amenaza a que nos tienen acostumbrados independentistas y nacionalistas, sino como una realidad tangible que se complementa con la desafección española hacia Cataluña. Los bárbaros de siempre alegarán que se trata de los bocazas catalanes de siempre. Se equivocan: Montilla no habló así porque pretenda algún separatismo, sino por que no lo quiere. He ahí el cambio. El de verdad. El que nos cambia la narración de arriba a abajo. Lo del Ave y demás siniestros son lo que se ve de una crisis de producción y crecimiento cuyos fundamentos vienen de antaño con gobiernos españoles y catalanes aferrados a los símbolos nacionalistas y esquivando las necesidades reales del ciudadano. Lo que dijo el actual presidente catalán es: o nos toman en serio o tendremos problemas. Los catalanes, con independencia de su color político, su pasotismo o su absentismo están cabreados por las deficiencias diarias de todo tipo. Dicho de otro modo: o ponemos, todos, manos a la obra -gobierno de España y de Cataluña- o esto no se aguanta. El presidente de Fomento de Cataluña, lo explicó de otro modo: tenemos un 18% menos de inversión que en Madrid y de media un 17% menos que el resto de España desde hace años. Todo se cae: quien en estas circunstancias nos trate de pedigüeños, que venga a ver las cifras. Sólo a los insensatos se les ocurre matar a la gallina de oro que fue Cataluña.

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