Peloteo e ineficacia
El arca de Zoé y la falta de escrúpulos A propósito de la ONG «El Arca de Noé», perdón, de Zoé (con Z de zánganos), como técnico de los Servicios Sociales, vengo observando que cada día proliferan como setas fundaciones, asociaciones y ONG, algunas de las cuales usan la técnica del cuclillo: estos «espabilados pájaros», que no tienen ni quieren tener nido propio, ponen sus huevos en nidos ajenos, de forma que otras aves hacendosas y anónimas les incuban los huevos y crían los polluelos, sin que los cuclillos den palo al agua. Así, ciertas fundaciones, ONG y asociaciones, fundadas por cuatro listos con mentalidad de cuclillo, montan una hermosa oficina y la propaganda «social» adecuada, que obtiene del generoso público y de las abundantes ubres de las distintas administraciones ingentes cantidades de dinero fácil. Y, mientras los titulares fundadores de las citadas fundaciones, asociaciones u ONG «administran» ese dinero, mandan a trabajar a una legión de altruistas voluntarias y voluntarios anónimos que no perciben ni un euro, ni salen en las fotos, pero son los que realmente «incuban los huevos y crían los polluelos de los «astutos cuclillos» de la «oficina madre». Todos deberíamos estar alertados contra estos mercaderes sin escrúpulos que manchan el honor y la imagen de las ONG, de las asociaciones y las fundaciones honestas. Pero, insisto, cuidado con los «cuclillos» que han proliferado más de lo que las gentes de bien se imaginan. Como muestra y para vergüenza de todos, ahí está Zoé. Zí, zí, con Z de zánganos. Casimiro Bodelón Sánchez (León). Luchar contra la injusticia Me gustaría comentar un artículo publicado en un periódico de la provincia. El artículo habla de un joven que atacó a una chica ecuatoriana en el metro. El muchacho alega en su defensa que estaba «muy borracho». Yo pienso que este muchacho debería estar encarcelado, porque personas como estas no deben andar merodeando por la calle después de cometer un delito así. También pienso que en el metro no sólo estaban los dos (víctima y agresor), sino que había más gente y nadie acudió en ayuda de la chica, ¿por qué? Me entristece pensar que el miedo puede llegar a paralizar a las personas. Tenemos que vencer el miedo y manifestarnos siempre contra todo lo que creamos injusto. Walter Álvarez Baía (CRA Páramo del Sil). Defensa y utopía ante la vida El mundo puede cambiar, otro es posible, factible. Se precisan buenos diagnósticos, análisis de las políticas, honestidad, complementariedad en la cooperación social. Articular otra visión y modelo de sociedad, desde una ética entendida, según Paul Ricoeur, como «el deseo de una vida plena con y para los demás en unas instituciones justas». Presento estrategias para defender la vida. Hemos de empezar por ejercer la función utopía no un cómodo pretexto para quien desea huir y evadir las tareas concretas, refugiándose en un mundo imaginario, sino la forma crítica que provoca la imaginación para recibir en lo presente algo ignorado, que se encuentra en él y que va a orientar hacia el futuro nuevo. El horizonte utópico de la ética social cristiana se identifica con las grandes aspiraciones y anhelos de la mujer y del hombre actuales: la igualdad, la participación, un modelo de justicia global y social sostenible. Pensar y actuar localmente y globalmente constituye una de las dimensiones importantes de una ética propia del siglo XXI. Y todo ello para avanzar en igualdad. Para ello es necesario practicar la ética de la moderación, de los suficientes y del compartir. San Agustín afirmaba que no basta compartir con los pobres lo superfluo sino lo necesario como criterio de acompañamiento humano y cristiano; hay que compartir con los pobres no sólo lo superfluo, lo que nos sobra, sino hasta lo necesario. Si compartimos el 1% del salario, reduciríamos las fronteras de la pobreza. Muchos movimientos sociales proponen establecer «un impuesto de solidaridad internacional» sobre el patrimonio de los más ricos y de todos los ciudadanos sobre sus ingresos y beneficios anuales. Anatolio Calle Juárez (Navatejera). María Paz López (León.