Irresponsables

EL BIÓLOGO Edward Wilson, conocido como el Padre de la Biodiversidad por dedicar sus cuidados a la Madre Naturaleza, se ha mostrado pesimista acerca del futuro del planeta. Está seguro de que si el ser humano sigue siendo lo mismo que hasta ahora vendrá un cataclismo, que a su juicio sería el último. Los cinco anteriores se debieron a la violencia cósmica, pero el que nos espera lo hemos ganado a pulso. Calcula que, si nos seguimos portando así, la mitad de la flora y de la fauna podría extinguirse antes de terminarse este siglo. A su edad, no lo lamenta por él, ya que le quedaría la otra mitad de la flora y de la fauna y la otra mitad del medio ambiente, pero lamenta la ruina de la casa donde ha vivido. Es cierto que están ocurriendo cosas excepcionales, pero hay quien cree que han pasado en todas las épocas, sin excepción. Sus hijos, unos más que otros, siempre han tenido motivos para cagarse en la citada Madre Naturaleza, pero ahora es la ONU la que advierte de que ignorar el cambio climático es una «irresponsabilidad criminal». ¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros descendientes? Cuando nos andemos por las ramas de nuestro propio árbol genealógico esto va a ser un lugar inhabitable, sin flores para el búcaro de la abuela y sin liebres para el arroz. Nos estamos cargando el invento que muchos atribuyen al Sumo Hacedor, que lo hizo en una semana y, a pesar de ser infinitamente poderoso, tuvo que descansar el domingo, al experimentar un cierto cansancio. Sin duda somos unos irresponsables, no sólo quienes nos gobiernan. El mundo es un pañuelo y nos lo hemos atado a los ojos, para no ver lo que se nos viene encima. Estamos jugando a la gallinita ciega, después de haber hecho con sus huevos de oro caldos concentrados. Pan para hoy y hambre para mañana, pero mañana fue ayer.