Diario de León

CON VIENTO FRESCO

Un horizonte oscuro e incierto

Publicado por
JOSÉ A. BALBOA DE PAZ
León

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IGNACIO Astarloa, uno de los más activos líderes del PP, vino a León a poner las pilas a los dirigentes de su partido, reclamando la atención sobre la importancia de las próximas elecciones. Nos jugamos mucho, y aún más los partidos pues las encuestas muestran una situación muy igualada. El PP sabe la importancia que tiene ofrecer una imagen de unidad y coherencia ideológica para ganar por mayoría absoluta, porque de no ser así tendrán muchas dificultades para formar gobierno, dado los acuerdos del PSOE con los nacionalistas. Por eso todos los votos son necesarios; obtener tres diputados en León es un objetivo al alcance de la mano. Rajoy y los suyos hablan de programas, sin olvidar la campaña mediática que parece imputarles todo lo negativo que ocurre en el país. Los de la memoria histórica los condenan a una amnesia selectiva, en la que no parecen inocentes tantas informaciones sobre grupos ultras, que de la noche a la mañana han aparecido en el proscenio, o reuniones científicas sobre el cambio climático que, como se sabe, es culpa del PP. Los socialistas no tienen tan claro el mensaje de unidad. Zapatero prescinde de Marín como antes dejó en la cuneta a todos lo que hacen sombra. Quiere un PSOE de mediocres. Las cosas no pintan bien al final de una legislatura caracterizada por el sectarismo. En estos días se suceden los desaguisados en política internacional, véase los casos de Marruecos o lo ocurrido en Chile en el que el rey tuvo que abandonar la sesión irritado por los exabruptos lanzados por viejos amigos de Zapatero contra España; y la cosa continúa con un Chávez prepotente ante la debilidad del gobierno español. Las noticias económicas ensombrecen el panorama, con una subida de los precios que amenaza la los más débiles, y con una inflación que aleja a España cada día más de la media europea. Esto, a cuatro meses de las elecciones, puede mixtificarse aquí con actos como el de la cumbre de la ONU, que proyecta positivamente la imagen de León, pero que no puede ocultar las debilidades de Zapatero incluso en su propia tierra. Estas debilidades se agrandan por los conflictos internos del PSOE leonés. Presentan dos caras diferentes. En la capital parece haber una discrepancia ideológica de fondo. Doy por bueno que la actitud del alcalde no se debe al pragmatismo coyuntural de mantener un pacto con la UPL, sino a que de verdad se cree su leonesismo. Pero esto no es mejor sino mucho peor, porque discrepa abiertamente con la dirección regional del partido, con Villalba a la cabeza, que en la reciente discusión y aprobación del Estatuto de Castilla y León ha sido unánime en reprobar todo lo que signifique mencionar en Castilla y León dos regiones diferentes y mucho menos plantearse separar León de la actual comunidad autónoma. Probablemente no son muchos los socialistas leoneses, al margen de algunos en la capital, que siguen el discurso del alcalde pero lo que si dan es una imagen de división que no puede ser nada bueno para las pretensiones electorales del partido. Con ser grave, esto no es nada comparado con lo que ocurre en el Bierzo, donde las diferencias alcanzan grados inimaginables desde las pasadas elecciones municipales. A Ricardo González Saavedra y compañeros le han pasado factura por la pérdida de las elecciones en Ponferrada; probablemente cometieron un error en el Consejo Comarcal; pero tienen razón en sus críticas a Antonio Canedo como secretario comarcal, tanto en la gestora que ha sustituido a la dirección local de Ponferrada, como sobre todo en haber permitido que Raúl Valcarce, del PP, se haya hecho con la presidencia de la mancomunidad de municipios de Ponferrada, cuando tenían todas las barajas a su favor. Esta institución es desde hace años un toma y daca de Raúl y Canedo. No es esto lo peor sino la imagen de división y pasteleo que proyectan con estas disputas; parece que sólo riñen por cargos y prebendas. Así no ganarán las elecciones.

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