AQUÍ TE ESPERO
Sin ojales
ASÍ se va a quedar el cinturón de los leoneses de la capital el próximo año. Ya no habrá más ojales para apretarse el cinturón. Este 2008 que se anuncia apocalíptico. No vamos a poder comer, porque la cesta de la compra ha subido una temeridad (pan, leche, frutas y verduras). Se anuncia para enero la de la carne. Como el pescado tampoco está barato, a ver qué comemos. Por si esto fuera poco, luz, teléfono, CTR, depuradora y agua también se pondrán por las nubes. Y el IBI ni te cuento. No hay duda de que estamos en época de vacas flacas, aunque en el primer trimestre se intentará que no se note mucho, por aquello de las elecciones. Pero ya verán qué vacaciones se nos avecinan, con las consiguientes subidas de los carburantes. Lo curioso es que en muchos casos las subidas no son sino una huida hacia adelante, porque por sí mismas no sirven para resolver el problema. Me refiero a la deuda municipal y a la bestial subida del IBI. Si se trata de que los proveedores vean que pueden cobrar si suministran nuevos productos, vale. Pero insisto en que ese es el chocolate del loro. La verdadera deuda municipal se crea con el pago de las nóminas y si no se afronta este problema, la salud de las arcas municipales siempre será precaria. Un amigo me apuntaba el lunes antiguas soluciones: «Que la mayoría de los munícipes tengan su trabajo al margen de Poridad y sólo reciban dieta por asistencia a los plenos, que serían a partir de las 20.00 horas para que pudieran asistir». Cierto, pero recuerdo que con la democracia se pusieron sueldos para que pudieran participar en política no sólo las clases adineradas. Y de ahí se pasó a que ahora sea como una empresa de trabajo temporal, y que todos deseen renovar contrato cada cuatro años.