TRIBUNA
El desarrollo sostenible en la industria cementera
EL SECTOR de fabricación de cemento sigue creciendo de acuerdo con la filosofía del desarrollo sostenible, considerando el medio ambiente como una de las variables estratégicas de su gestión. Uno de los principios básicos de la misma es compatibilizar la actividad de fabricación de cemento con el respeto por el medio ambiente y la protección del entorno. Con el objetivo de reducir el consumo de combustibles fósiles no renovables y de dar una respuesta eficaz y segura a la sociedad en el tratamiento de sus residuos, el sector cementero ha apostado de forma decidida por la diversificación de sus fuentes de energía, mediante la valorización energética de residuos, que consiste en sustituir combustibles fósiles como el coque de petróleo por residuos con alto poder calorífico. El sector del cemento aporta su gran potencial de valorización a los residuos que no tienen otro destino que su vertido, teniendo siempre presente que ha de ofrecer un producto de alta calidad y que ha de tener como factor estratégico el desarrollo sostenible. Las fábricas de cemento ofrecen una oportunidad muy adecuada en este sentido, pues las características de su proceso productivo les permiten valorizar energéticamente varios tipos de residuos, aprovechando al máximo su energía y minerales sin generar impactos añadidos sobre el entorno y ahorrando emisiones de gases de efecto invernadero. La sustitución de combustibles fósiles por residuos en el horno de cemento es una operación que se inició hace ya varias décadas y se viene desarrollando con éxito en la mayoría de los países de la UE, con total garantía para la protección del medio ambiente y la seguridad y salud de los trabajadores. Con la valorización de residuos, la actividad industrial cementera realiza una contribución medioambiental y social muy importante, destacando la reducción de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, en particular las de CO 2 al sustituir combustibles fósiles tradicionales por materiales que hubieran sido incinerados o fermentados en vertederos, con sus correspondientes emisiones. A este respecto hay que destacar que gracias a la utilización de combustibles alternativos, las empresas cementeras dejaron de emitir a la atmósfera 270.000 toneladas de CO 2 , el equivalente a las emisiones de 100.000 coches en un año. Además, también se consigue el ahorro de combustibles fósiles no renovables (carbón y derivados del petróleo). Es importante indicar que las características específicas de los hornos de clínker garantizan la destrucción efectiva de los compuestos orgánicos existentes en el residuo, incluidos los más complejos, ya que los gases de combustión permanecen durante largos tiempos de residencia (5-6 segundos) a muy alta temperatura (hasta 2000 o C) y en una atmósfera rica en oxígeno. Así se evitan ciertos impactos que han preocupado en otras instalaciones de combustión de residuos (p ej.: las incineradoras), como son las emisiones de compuestos orgánicos o metales pesados, o la generación de cenizas, escorias o aguas residuales. En concreto, no se producen emisiones de dioxinas en el horno de clínker por emplear residuos. Estas son controladas de acuerdo a la normativa y permanecen muy por debajo de los límites más exigentes que garantizan la calidad ambiental. La sustitución de combustibles fósiles por residuos, aunque va aumentando cada año, resulta todavía escasa en comparación con otros países de nuestro entorno. Así, el uso de residuos como combustible alternativo en España presenta un índice muy bajo (5%) en comparación con la media europea (14%), y muy alejado de países como Holanda, Suiza o Austria, donde los sistemas de gestión de los residuos llevan décadas orientados a prevenir el vertido y aprovechar la capacidad de tratamiento de las fábricas de cemento y cuyas tasas de sustitución oscilan entre el 45 y el 80%. Concretamente, las industrias cementeras de Castilla y León utilizan cerca de medio millón de toneladas de residuos como materias primas. Estos residuos proceden fundamentalmente de centrales térmicas, aunque también de industrias siderúrgicas y metalúrgicas. Sin embargo, aún se puede avanzar más en la sustitución de coque de petróleo, el combustible fósil más empleado en las plantas cementeras, por residuos, ya que éstos aportan menos del 1% del consumo térmico de los hornos de clínker. Con el fin de analizar en profundidad el contexto actual y el nivel de implantación de la valorización en la industria cementera española, la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente, CEMA, ha organizado en León una jornada sobre desarrollo sostenible y valorización en la industria cementera que tendrá lugar hoy 22 de noviembre. La Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente es una organización constituida bajo el amparo de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen), la Federación Estatal de Construcción, Madera y Afines de CC.OO. (FECOMA-CC.OO.) y la Federación Estatal de Metal, Construcciones y Afines de UGT (MCA-UGT), con el objetivo de crear y fomentar una cultura que haga compatible el progreso económico y social con el respeto al medio ambiente y a los recursos naturales, y que garantice asimismo la salud de los trabajadores y los ciudadanos, especialmente en lo relativo a valorización energética.