Criminales en la carretera

LA REFORMA del Código Penal en materia de seguridad vial que castiga con penas de cárcel a los conductores temerarios entrará en funcionamiento antes del puente de la Constitución. La reforma penaliza severísimamente los excesos de velocidad, la conducción bajo los efectos de drogas o alcohol o la conducción sin carné de conducir (unas 30.000 personas están actualmente en esta situación, y dispondrán de una moratoria hasta el 1 de mayo para regularizarse). Finalmente, la línea de dureza se ha terminado imponiendo en esta delicada materia, que requiere toda la atención porque cuesta todavía más de 3.000 vidas al año. Una parte relevante de la opinión pública, aunque entiende la necesidad de sancionar con dureza a los desaprensivos, piensa que la seguridad vial debe lograrse por la vía del pacto social: el Estado pone de su parte todos los medios -inversiones en vías, más control y vigilancia, ayudas para renovar el parque- y los ciudadanos, toda su cordura al volante. La criminalización pura y simple del conductor creará problemas adicionales a un asunto ya de por sí muy conflictivo.