PANORAMA
Reprogramando células adultas
SUPONGO que no queda nada elegante eso de poner «ya lo dijimos», pero no me puedo sustraer al hecho de que en estas mismas páginas en varias ocasiones afirmamos, con los datos en la mano, que nos parecía mucho más interesante y fecunda la investigación de la troncalidad o pluripotencialidad de células adultas que la llevada a cabo en células embrionarias, no sólo porque eso permitía evitar la polémica sobre el estatuto antropológico del embrión humano sino porque también, en principio, llevaba asociados menores riesgos. Hace unos días era Ian Wilmut, el creador de la famosa oveja Dolly, quien anunciaba que se decantaba por esta línea de investigación y abandonaba la clonación terapéutica. La noticia es ahora que dos grupos de investigadores habían logrado por separado reprogramar células adultas obtenidas de la piel y que adquiriesen la pluripotencialidad propia de las células embrionarias. No me toca explayarme en los datos técnicos, sí intentar extraer algún aprendizaje ético. El primero se refiere a que debemos seguir sin crear falsas expectativas cuyo incumplimiento luego hunde en la más profunda frustración a enfermos y familias que ya lo están pasando muy mal, y es que todavía falta muchísima investigación hasta que todos estos experimentos generen aplicaciones exitosas. El segundo apunte se refiere a los que enrarecieron la indispensable reflexión sobre esta clase de investigación biomédica, unos porque querían frenarla y otros porque pretendían acelerarla en exceso de manera tan dogmática como los primeros. Sorprende la atención que ponía algún medio en subrayar cómo la nueva técnica contribuía a solventar los recelos éticos existentes en este campo, precisamente porque con anterioridad desde esa misma tribuna se jaleó con insistencia a los partidarios de la investigación con embriones y se los calificaba como los partidarios del progreso y, claro, sus oponentes eran tildados de conservadores y fundamentalistas. ¿Qué tienen ahora que decir, señora Salgado y señor Soria? ¿Dónde está realmente la vanguardia de la investigación en células troncales? La auténtica ciencia no transita por el camino de la demagogia ni el del apaño de votos.