Diario de León
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León

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Para el pedáneo de Villabaltere (Con mucho optimismo). Se teme que de estos lares,/ allá por Villabalter, / un terrenal paraíso/ puede desaparecer. / 300 metros de asfalto,/ sólo 300 ¡pardiez!/ ¡Cuánto daño en poco sitio!/ Allá por Villabalter./ Por sus calles deambulan/ encantadores abuelos/ pues no hay ni coches ni ruidos/ que perturben sus paseos./ Los niños, cual pajarillos,/ revolotean contentos/ que ni un coche, ni una mosca/ interrumpe el revoleo./ Sólo los coches que vengan/ por esos 300 metros/ han de romper esta calma,/ y acabar con este cielo./ La vida «culta y gozosa»/ que se respira en el pueblo./ ¿Pasto de asfalto será/ y acabará en cachondeo?/ El ¡Alto, Villabalter!/ estandarte es para el pueblo,/ la muralla que defiende/ a su jauja lugareño./ Por preservar esta calma,/ los que sean de otros pueblos/ si quieren ir a La Virgen/ ¡que se den un buen rodeo!/ Una duda me corroe/ y al señor pedáneo inquiero,/ sin dañar este Edén,/ ¿Admiten vecinos nuevos?/ Si en Villabalter disfrutan/ felicidad y sosiego/ me encanta dar parabienes/ pues de ello mucho me alegro. Desde Pobladura con muchísima alegría e ilusión. Manuela Ordóñez . ¡Bien por nuestros organismos oficiales! Es admirable cómo funcionan. Cuando en los ayuntamientos y otros órganos encargados de recaudar pasa el plazo aunque nada más sean horas o minutos, cómo saben aplicar el tanto por ciento del recargo. Seguro que a más de uno nos ha pasado. Claro que la cosa cambia si son ellos - me estoy refiriendo sobre todo a los primeros - los que tienen que pagar. Entonces pueden pasar meses e incluso años, en algún caso a alguno lo han tenido que meter por vía judicial, y aquí no pasa nada. Me pregunto en estos casos cuál sería el recargo que les habría que poner. Estas situaciones me parecen un cachondeo y, sobre todo, una tomadura de pelo, algo que no se debería permitir, teniendo en cuenta además de los sitios de dónde vienen: los que deberían predicar con el ejemplo son a los que se les consiente hacer estas jugadas, ¿no es cosa de risa? Seguro que a más de uno no les hace ni gota de gracia. De todas formas seguro que algún tipo de solución habrá, sólo hay que encontrarla y ponerla en práctica. Anselmo A. Martínez (Veguellina de Órbigo). La España envidiada, seguridad y confianza La pasada semana, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en otro de sus habituales ejercicios de demagogia después de sus periplos ferroviarios electoralistas, afirmó que España es la envidia del mundo, el modelo de Europa y del mundo por su apuesta por la alta velocidad. Pues bien, ante tal afirmación cabe la siguiente pregunta: ¿por qué iban a envidiarnos países como Japón, Francia o Alemania que ya hace bastantes años que han apostado y siguen apostando por la alta velocidad; Japón desde 1964, Francia desde 1981 y Alemania desde 1985 ? La respuesta es evidente. En España, alta velocidad sí, pero segura, sin prisas, porque las prisas son malas consejeras y causantes de chapuzas, en este caso ferroviarias (AVE a Barcelona, túnel de Abdalajís en la línea AVE Córdoba-Málaga), sobradamente conocidas por todos y , lógicamente reflejadas en los datos del último barómetro del CIS que, por cierto, deberían invitar a la ministra a reflexionar sobre su futuro al frente de la cartera de Fomento. Además, ante la proximidad de las elecciones, es preciso recordar que en el lenguje político los términos seguridad -en todos los ámbitos- y confianza van inexorablemente unidos . Juan Carlos Berdasco Valle (Fabero). Gerardo Seisdedos (En diariodeleon.es).

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