De lo que fue y no es

LA VERSIÓN de Yo, Claudio , de Robert Graves, realizada para la BBC-TV, arranca con el diálogo que mantienen dos senadores mientras al fondo se desarrolla una obra de teatro. «El teatro ya no es lo que era», comenta uno de los senadores. «El teatro», responde el otro, «nunca fue lo que era». Algo así parece estarpasando con los británicos. Ya no son lo que eran. Quizá nunca lo fueron. El caso es que ahora parecen tontos. Porque hay que estar de tontería hasta las cejas para aceptar una plaza de maestra en Jartum (Sudan) -donde le cortaron la cabeza a Lord Kitchener, es decir, ninguna bobada ni posibilidad alguna de despiste geográfico o histórico-, llegar y llamar Mahoma a un osito de peluche. Hay que ser necia hasta las cachas. Sin que señalar esa merma signifique comprensión ni deseo de alianza alguno con una cultura cuya primera reacción ante quien así mete la pata es ordenar que le corten la cabeza. También parecen deshonestos al ponerse al descubierto algún que otro mecanismo para la financiación ilegal del laborismo británico cuyo líder actual, Gordon Brown, está acreditando todo el mal fario con el que temía verle Tony Blair. Así que también parecen desafortunados. Sobre todo cuando funcionarios del Gobierno acaban de perder dos cedés con información privada y confidencial relativa a millones de ciudadanos. Eso mismo pasa en España y no encontramos suficientes gorras para corrernos a gorrazos antes y después de decirnos a voces que lo que nos pasa a nosotros no le pasa a nadie.