CUARTO CRECIENTE
El negocio es el negocio
ÁFRICA con una extensión equivalente al 22% de la superficie terrestre, una población de poco más de 900 millones de habitantes, menos del 16% del total mundial, es una de las zonas más depauperadas del planeta. Sus 54 países abarcan gran variedad de poblaciones, climas, tierras e historias, desde el Magreb y Egipto en su zona septentrional a Sudáfrica en su extremo meridional pero, todos comparten las nefastas consecuencias de la lacra que supuso la colonización europea iniciada a finales del siglo XIX y que conllevó su distribución en áreas de interés económico para las metrópolis. El saqueo sistemático de sus riquezas sometió a su población a un régimen de esclavitud sin opción a otra forma de liberación que mediante el uso de la violencia. El resultado ha sido la configuración de un complejo mosaico de naciones, algunas inestables con gobiernos dictatoriales que apenas si consiguen alimentar a su población con la ayuda internacional. En África, hay más de 24 millones de infectados por el sida frente a los 10 en el resto del mundo. Todos los días mueren unos seis mil africanos víctimas de esta enfermedad. La tasa de mortalidad infantil es del 171 por mil, la más elevada del mundo. La mitad de los países africanos, 27 naciones subsaharianas necesitan ayuda urgente para atender a 200 millones de personas desnutridas. Las cifras son espantosas sin contar con la pesadilla del genocidio de Darfur, las masacres de Ruanda, Burundi o de Uganda, las guerras de Etiopía, Eritrea y Somalia. Con grandes masas de personas sin opción a ganarse la vida más allá de arañar magras cosechas a una tierra arrasada por guerras, años de cultivo deficiente, sequías y abandono, África mira hacia Europa, el norte rico, como su deudora secular tendiendo la mano a una China dispuesta a invertir sin hacer preguntas sobre los derechos humanos. Pero la UE, al hacer números sobre lo que supone ayudar al continente negro a desarrollarse para frenar la inmigración ilegal no le salen las cuentas y por eso no ha firmado acuerdos en Lisboa. Una vez más, solidarios sí pero, el negocio es el negocio.