Policía escolar para León

En la reciente historia de nuestra ciudad han empezado a producirse sucesos que, aunque aislados, no dejan de ser preocupantes y deben ponernos en alerta. No sobra, en este sentido, el popular y sabio adagio premonitorio que recuerda aquello de que es mejor prevenir que lamentar. Sucesos, en fin -algunos de ellos-, con una gran repercusión mediática; otros, sin ella pero, también, con entidad, y la mayoría con intervención policial. Ha habido, y continúa habiendo, problemas en las proximidades de los colegios e institutos que preocupan a los responsables de los centros educativos y, por supuesto y principalmente, a los familiares de los alumnos, que han hecho llegar al Grupo Popular del Ayuntamiento de León el ruego de que se tomen medidas para controlar los elementos indeseables que pretenden alterar el normal desarrollo de la convivencia educativa. Hace unas fechas se han publicado datos acerca del consumo de drogas en nuestro país, obteniéndose unos resultados que, si bien no tienen por qué alarmarnos, sí deben preocuparnos. El sondeo indica que nueve de cada cien jóvenes son consumidores habituales de drogas y que, además, se observa un ritmo creciente en el uso de las llamadas de diseño que, como todos sabemos, tienen un efecto especialmente destructivo. La FAD (Federación de Ayuda a la Drogadicción) ha denunciado que España es líder en el consumo de cocaína y cánnabis, y que, de forma paralela, se observa un progresivo aumento de anfetaminas y éxtasis entre los jóvenes, amén de otras substancias denominadas de diseño, drogas éstas de bajo coste, fáciles de adquirir y con un fuerte poder demoledor físico y psíquico. No hay que olvidar, tampoco, que existe una notable incidencia en el consumo de alcohol, tabaco y derivados del cánnabis, que no sólo presentan altos niveles de prevalencia sino que, paradójicamente, son percibidas por los ciudadanos como menos peligrosas que las otras. Entre los jóvenes que consumen habitualmente drogas el policonsumo presenta altas cotas de penetración, con asociaciones diversas que, a su vez, muestran tendencias cambiantes en el tiempo. Según datos aportados en un reciente estudio epidemiológico, se observa que el consumo de drogas aumenta a un ritmo preocupante, hasta el punto de que nuestro país se encuentra en el primer puesto en cuanto a consumo de cocaína entre los países de la Unión Europea, el tercero en el de cánnabis, y el cuarto en éxtasis. A día de hoy el 6,8% de los adolescentes entre 14 y 18 años han tomado cocaína en el último año (hace diez el porcentaje era de 1,8 por ciento); el 36,1% ha consumido hachís en el último mes (más del doble que hace una década), y, por último, el 4,6% ha tomado éxtasis (en 1997 era del 2%). Adicionalmente se debe señalar que un 27% de los jóvenes son consumidores frecuentes de alcohol. Todo este consumo está tristemente asociado al ocio y los usos recreativos, y cada vez la edad de inicio en esta práctica es más temprana debido a una creciente tolerancia social. El problema, no obstante, está llegando con toda su carga de negatividad a las puertas de los centros escolares. Lo anterior, unido a la aparición, a veces virulenta, de actos vandálicos, hace que sea una medida prudente la creación de una unidad de la Policía Local especializada en población escolar, que prevenga y, en su caso, controle la aparición y producción de focos de acoso, situaciones indeseadas de devastación urbana, y mercadeo de drogas, acciones éstas dimanantes de grupúsculos indeseables que merodean por las proximidades de los centros en busca de una clientela fácil. En la actualidad y con carácter generalista, el control lo realiza la Policía Local y otros Cuerpos de Seguridad, haciéndose necesaria una preparación específica en la idiosincrasia propia del ámbito a que nos referimos. Para concluir, es obligado señalar que ello no debería suponer coste alguno a las arcas municipales, ya que se trata de formar a una unidad especializada dentro del cuerpo de Policía Local, la cual, aparte de sus funciones normales, dispondría de una formación definida en este campo. Por todo lo explicado y recogiendo el sentir de los responsables de centros escolares, docentes, alumnos y, sobre todo, sus familiares, el Grupo Popular del Ayuntamiento de León ha presentado en el registro de la institución municipal una moción por la que se solicita la instauración de la Policía Escolar de León, algo que, sin ningún género de dudas, tendrá una excelente acogida en el equipo de gobierno PSOE-UPL, como ya la ha tenido entre la población leonesa, que se ha hecho eco de esta irrenunciable iniciativa social del Partido Popular.