Diario de León
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El «faedo» y la línea Lada-Velilla P uedo estar de acuerdo con las personas que se oponen a la línea de alta tensión Lada-Velilla, porque además no tengo datos suficientes para saber si es necesaria o no, dado que no he encontrado una argumentación independiente, sólo las de aquellos que están en contra o las de aquellos que están a favor. A pesar de ello, reitero que me inclino más por la corriente que está en contra de la línea que la que está a favor, pero no puedo por más que sentirme utilizado e insultado por las personas que para defender su postura en contra de la citada línea de alta tensión han puesto por delante la defensa de un pequeño bosque cercano a Ciñera conocido como el «Faedo», para el que han conseguido algunos títulos. Me parece lamentable que «ahora» se acuerden de este interesante rincón de la montaña central leonesa y no lo hicieran cuando se planteó la nueva mina de Hullera Vasco-Leonesa. Propongo a quien esté interesado que entre en la página de Internet de «google map» y al acercárse a Ciñera y al «Faedo», vean cómo este paraje está rodeado por una mina a cielo abierto que lo amenaza absolutamente. ¿Es la línea de alta tensión más agresiva para este paraje que la mina a cielo abierto? o ¿es que perjudica a los intereses del propietario de la mina que pase por ahí la línea de alta tensión? J.C. Mayo (León) Ni derbi ni castellano-leonés En la retransmisión televisiva en La 2 del Ademar-Valladolid, los comentaristas repitieron hasta la saciedad que se trataba del derbi castellanoleonés. ¿Derbi regional, a la manera del Sevilla-Betis, Español-Barcelona, Sporting-Oviedo, Valencia-Villarreal, Elche-Hércules, Bilbao-Real Sociedad, Celta-Coruña¿? En todo caso el Ademar-Valladolid sería derbi interregional, que son dos regiones. ¡Que no se enteran! Tras ello, ya no sorprende que se refieran a los dos clubs de la comunidad castellanoleonesa, de la autonomía castellanoleonesa, de la región castellanoleonesa, de los dos equipos castellanoleoneses. Ni una sola vez se les ocurrió hablar de Castilla y León. Y, y, y, ¿y León. Pero ¿es que no hay nadie con poder e influencia que les tape la boca? De ser así, habríamos de tapársela a abucheos los espectadores. Aunque luego digan desde Pucela que los castellanoleoneses de León (de segunda categoría dentro de Castillaguiónleón) son unos radicales sin motivo. ¿Sin motivo? J. Antonio Rodríguez (Gijón) 100 años después de Victoriano Crémer Intentamos descubrir con la imaginación el año 2108. ¡Qué maravillas nacionales, qué emociones en la provincia de León! Los profesores de Lengua española en todo su territorio provincial harán parada y fonda y detendrán el reloj de cada colegio cuando se hable de Crémer, el gran hombre del pequeño cuerpo, nacido en Burgos y hecho muchacho y hombre entre el Bernesga y el Torío. Cautivarán a los alumnos mostrándoles los sentimientos del alma de Crémer, que fue preso en San Marcos por el arrastre social que sopló en la guerra civil del siglo XX. Quevedo y Crémer no les agujereó el corazón ni el alma la cárcel de San Marcos, pero quedaron cardenales de heridas en sus memorias. Los sentimientos de Crémer se aprecian en sus poesías, en los escritos. Crémer es un hombre perdonador, y de ahí toda la grandeza que vierte en toda su obra, el autodidacta, señor de las letras leonesas, que a los cien años cumplidos paseaba por las calles de León. Antonio Gutiérrez Pescador (León). Música y antropología Reflexionar sobre la música a la luz de la antropología es, me parece, mirarla más allá de si misma y de sus componentes, para descubrirla en manos del ser humano. Es mirarnos y repensarnos a nosotros mismos en relación con el sonido y maravillarnos ante la inmensa capacidad creativa que nos llevó, desde el descubrimiento que hicimos del sonido, allá en los remotos tiempos de la prehistoria a construir un sistema tan complejo como el sistema musical y todo lo que lleva el proceso de creación, interpretación, reproducción y distribución de la música. Pensar la música en este marco, es mirar al hombre y a la mujer que la crea, la ejecuta, la escucha, la distribuye, la disfruta y la utiliza para una infinidad de objetivos y proyectos. La música, con su lenguaje propio, es un espacio mediático y un camino para el encuentro. Primero, con uno mismo. Nuestras discografías dicen mucho de nuestra vida, de nuestros gustos, recuerdos, afectos y emociones. A la vez, es un camino para el encuentro con el otro. El hombre, constructor de cultura y parte de un pueblo y de un tiempo determinado, cuenta con un sonido y una música propia, como una carta de identidad, como una carta de presentación. Una música que habla de nuestras costumbres y de nuestra cosmovisión. Cuando componemos música o cuando interpretamos música para otro, nos estamos conectando con los demás, en una sala de concierto o en una grabación. Y hay un encuentro cuando escucho la música de otro, ayudado por la tecnología que, en la aldea global, nos acerca y nos entrelaza. La música también es camino de encuentro con el otro que nos escucha en el ruego o en la alabanza hecha canción. Anatolio Calle Juárez (Navatejera). Leticia Cañón (León).

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