Diario de León
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EL informe Pisa ( Programme for International Student Assessment o programa para la evaluación internacional del alumnado ) ha causado gran revuelo mediático debido a los ajustados resultados del alumnado español (un poco más brillantes, parece, en Castilla y León). Y lo primero que se ha hecho es buscar culpables: alumnos y alumnas, en primer lugar; y, por detrás, las familias. No cabía esperar otra conclusión de un país a cuya clase política le interesa más mantener una batalla por algo tan esencial en una sociedad desarrollada y multicultural como la enseñanza y práctica cotidiana de los principios democráticos (leáse, Educación para la Ciudadanía) en la escuela, que por el empeño en que se incremente el porcentaje de Producto Interior Bruto (PIB) destinado a educación, ahora que, por fin, se quiere equiparar el magisterio a las carreras universitarias superiores. El informe Pisa, que analiza el rendimiento académico del alumnado de quince años, está enfocado a la evaluación de sus conocimientos más prácticos, aquellos que les van a permitir incorporarse a la vida adulta, por encima de los conceptos teóricos. Por tanto, es un sistema que, a través del alumnado, también evalúa al sistema educativo en su conjunto. No en vano, el informe es realizado por la Ocde (Organización para el la Cooperación y el Desarrollo Económico) y tiene un enfoque eminentemente productivista, que es a lo que se pretende reducir la educación en nuestra sociedad y que se traduce en obsesiones como creer que cuanto más pronto empiecen a leer y escribir, más rendimiento tendrán en el futuro. O en errores tan graves como ignorar la educación emocional y las relaciones. La educación ha quedado huérfana de misiones esenciales, como la señalada por María Zambrano: «Educar será ante todo guiar al que empieza a vivir en esta su marcha responsable a través del tiempo. Educarle será despertarle o ayudarle a que se despierte a la realidad en modo tal que la realidad no sumerja su ser, el que le es propio, ni lo oprima, ni se derrumbe sobre él».

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