Propuesta para un debate

LA PEQUEÑA pantalla comienza a emitir el encuentro de la liga Asobal entre el Teka Cantabria y el Ademar de León. Yo me dispongo a elegir tema para vocearlo desde este balcón. Descarto las cenas/amuerzos de partidos políticos, el fárrago de la dueda municipal, la desmesura del incremento del IPC en León y otros muchos. Y fijo mi mirada en la Universidad de León, institución a la que jamás he rozado con la lija de mi pluma. Mi respeto a la institución es sagrado. Otra cosa es con sus dirigentes. Creo a pies juntillas que jamás ha estado peor representada. Dos ejemplos: entrega el Ayuntamiento de León el título de Hijo Adoptivo a Antonio Gamoneda y no hubo representanción institucional de la Universidad. Ni el rector, ni ninguno de sus vicerrectores, pese a que Gamoneda ostenta la condición de «maestro de maestros» como doctor «honoris causa». Se imponen las medallas a los colegiados de Ingeniería Técnica de Minas con 25 años de antigüedad, y tampoco asise nadie, aunque el Colegio, con sede en León, abarque también las provincias de Palencia, Burgos y Cantabria. Como ya soplan vientos electorales sobre el campus de Vegazana, me atrevo a plantear un tema para el debate. Y es que la Universidad vive un momento muy especial en el que tiene que debatir con seriedad y solvencia. Ya puse altavoces desde este balcón para pregonar la necesidad y reivindicación de crear un Conservatorio Superior de Música . En alguna medida, sería un centro universitario. Razones que avalan la reivindicación: la tradición musical de León , sobre todo, el Festival Internacional de Órgano, así como los cursos, igualmente de rango internacional, apadrinados por la Fundación Eutherpe en la capital y por Cristóbal Halffter en el Bierzo. También, aún con fechas calientes en el calendario, diferentes colectivos sociales y políticos, se han planteado la creación de una Facultad de Medicina en nuestra Universidad. La situación ha cambiado mucho en los últimos diez años. Entonces sobraban médicos en toda España, y especialmente en Castilla y León, y faltaban plazas. Sin embargo, se ha invertido la tortilla. Hoy existen miles de plazas vacantes de médicos en Castilla y León, fundamentalmente en atención primaria y otras especialidades, como anestesiología y pediatría. Las facultades de Salamanca y Valladolid, las dos únicas de la comunidad, no son capaces de abastecer las demandas del sistema sanitario de Castilla y León. Pero es que, además, los titulados en medicina marchan a hacer el MIR y a trabajar a Portugal, donde están siendo mejor tratados y pagados. El déficit no ha hecho más que agrandarse. La nueva situación ha pillado por sorpresa a la Junta que no tiene una estrategia para hacer frente a la misma. En la última visita a León del consejero de Educación, Juan José Mateos, se le preguntó por la posibilidad de crear la Facultad de Medicina en el campus de Vegazana. No se pronunció ni a favor ni en contra. Se salió por la tangente, como Jordi Pujol, afirmando que «eso ahora no toca». Sin embargo, no podrá eludir tomar decisiones a muy corto plazo, porque el tema ya es acuciante. Pero mientras la Junta marea la perdiz, la burocracia de Valladolid no para. Planea la eliminación de algunas titulaciones que actualmente se imparten en la Universidad de León. Atentos al futuro, porque el debate es de largo alcance. (Ah, se me olvidaba: el Ademar ganó en Santander. 23-27)