AQUÍ TE ESPERO
De estreno
TODAVÍA no se ha concluido. Aún falta la escultura que Juan Carlos Uriarte está realizando sobre las primeras cortes europeas, que le dan nombre, y sin embargo la plaza de las Cortes Leonesas ya tiene su trajín. Y no me refiero a los viandantes que la atraviesan, ni a los niños o mayores que juegan y se sientan a tomar el sol sino a grupos de mozalbetes -y otros, no tanto- que con su monopatín se empeñan en hacer cabriolas aprovechando los desniveles e inclinaciones que tiene el nuevo trazado urbanístico. El pasado viernes, por la tarde, allí estaban practicando ante el estupor de los peatones, que no entendían a qué se debía el espectáculo. No había ningún policía en las proximidades para inquietarles y nadie osaba decirles que aquel no era el mejor sitio para dar rienda a su afición, entre otras cosas porque hoy ya nadie reprocha a nadie una actitud por muy reprobable que sea, más que nada porque la cosa puede terminar mal, que las nuevas generaciones no están acostumbradas a que se les llame la atención por hacer lo que les plazca con lo que es del común de vecinos, o incluso propiedad privada pero no suya. Es fácil imaginar que si continúan con sus entrenos puedan deteriorarse los materiales de la nueva plaza, que supongo ha costado bastante, como para que se estropee por el mal uso. Por eso no estaría de más un poco de vigilancia para evitar estos acrobáticos espectáculos y mandar a estos muchachos a Papalaguida, donde tienen su circuito. Por cierto, que también son un peligro cuando van por las calles, en medio de coches y peatones. Esperemos que no haya que lamentar una desgracia por estas negligencias.