Las leyes educativas y Solbes

ZAPATERO viene llevando la contraria, sistemáticamente, a quienes opinan que el Informe Pisa revalida las opiniones críticas al sistema educativo vigente. Zapatero ha sido muy tajante sobre el particular, al avanzar el que será programa educativo electoral del PSOE. En esencial, ¿qué planteamientos hace el candidato socialista? Primero, promete guarderías para los niños de 0 a 3 años. Además, anuncia 300.000 plazas para los más pequeños. Pretende que el 1,5 por 100 del PIB vaya a la Universidad. Y la frase terminante de Zapatero: No habrá más leyes porque no las necesitamos, afirmó el presidente. «No tenemos una educación por detrás de lo que es este país», defendió, y argumentó que no hará más leyes sobre educación porque se necesita estabilidad. En cambio, sí impulsará un plan de convivencia escolar que conlleve disciplina y respeto al profesorado. Algunos diarios y dirigente de la oposición han argumentado que Zapatero ignora el fracaso del Informe Pisa en matemáticas y lectura, al comparar a España con Dinamarca o Noruega. Acebes, por ejemplo, afirma que los socialistas insisten en el adoctrinamiento progre para hacer que los jóvenes les voten. Otros analistas resultan más constructivos y explican que Zapatero quiere colocar el sistema educativo español entre los mejores, y que el presidente del gobierno alaba su calidad pero reconoce que es necesario mejorarlo y mucho. Hay una novedad que pocos destacan, y que parece esencial en una materia ya transferida a las Comunidades Autónomas: El PSOE anuncia que reunirá a todas las autonomías para abordar la calidad educativa en España. A la hora de plantearse seriamente el debate, desde el PP se señala que la nueva ley de Educación arrastra errores de la Logse como la vista gorda con los suspensos, y que el absentismo escolar y la violencia en las aulas no se han atajado. La LOE, dicen estos críticos, ha dejado en un segundo plano materias como la lectura o la escritora. El otro debate es el suscitado por la cuestión de la propina en los bares, que ha planteado Solbes con su afirmación de que no tenemos interiorizado el auténtico valor de un euro. El vicepresidente, a partir de ahí, nos reprochar, a los ciudadanos corrientes, que podamos dejar 20 céntimos de euro, 36 pesetas de antes, y hasta un euro, 160 pesetas, a cambio del servicio de un café, se pregunta. ¿Qué dicen los afectados en esta otra controversia? Un diario habla de indignación y guasa entre los camareros por la polémica de los precios. Y en otro se asegura que nadie da un euro de propina por dos cafés. Y que los españoles son muy conscientes del valor del dinero que gastan, en contra de la opinión del ministro de Economía. En las propinas que dejan en los bares, no son tan generosos como ingleses y alemanes ni tan tacaños como franceses e italianos. Arenas tilda de patéticas las palabras de Solbes. Incluso hay ya una encuesta sobre el particular: Sólo un tercio de los españoles da la razón a Solbes sobre el euro. El 28% confiesa que gasta más porno entender bien el valor de la moneda común. El 97% de los españoles están seguros del efecto negativo del euro sobre la inflación... Cuestiones electorales que llegan a la charla de la ciudadanía. Bienvenidas sean.