ZP y sus varias mayorías

A PESAR de su frialdad aparente, la aritmética se muestra a veces tierna y compasiva, y ayer le dio la aritmética parlamentaria al vicepresidente Solbes la satisfacción de eliminar en el Congreso el veto que el Senado había lanzado contra el proyecto de Ley Presupuestaria 2008. Ni revolviéndose contra él uno de sus aliados legislativos con mayor número escaños, ERC, ha perdido el Gobierno de Zapatero la votación final que convierte el borrador de cuentas del Estado en ley de obligado cumplimiento. Salieron ayer en apoyo de Solbes el PNV, IU, el BNG y el grupo mixto, suficiente volumen aritmético para alcanzar la mayoría absoluta necesaria. Sin la mayoría absoluta de ayer, los Presupuestos de este año hubieran tenido que prorrogarse al año que viene. Esta fatalidad pudo ser evitada por una dosis de sentido común que se auto-recetó oportunamente la política. Solbes defendió sus Presupuestos con brevedad y un entusiasmo descriptible, como si hubiera sabido con antelación, igual que el resto de los españoles, que el veto del Senado iba a diluirse en la votación del Congreso. El electorado percibe que ZP se mueve en su insuficiencia de escaños con fluidez, aliándose con la aritmética parlamentaria o seduciéndola, como quedó meridianamente probado en la última jornada del último período de sesiones de la legislatura, celebrada ayer. Y ello puede debilitar el voto socialista, ante la convicción de que el PSOE no necesita mayorías amplias cuando se ha mostrado capaz de resolver sin agobios los problemas que le ha planteado su mayoría insuficiente. En la vida humana, individual o colectiva, todo final requiere un epitafio, y el destino eligió ayer para grabarlo en el aire del Congreso a Martínez Pujalte, diputado del PP y de quien siempre se espera el más difícil todavía, un epifonema «popular» que atruene la situación. Dijo así: «Es un triste epitafio de un triste Gobierno, y perdonen porque estamos en Navidad, que negocia con los terroristas y negocia con tránsfugas el levantamiento del veto de hoy». El hombre estuvo a su altura, procurando no desentonar del núcleo duro de su partido, que va a replegarse o a ser replegado a posiciones menos visibles durante la campaña electoral. Y para cerrar la sesión y el período legislativo, y anunciar oficialmente que el 14 de enero disolverá las Cortes, Zapatero se extendió en un epitafio laudatorio a la gestión de su Gobierno, ensalzó «la gran salud» de la economía, subrayó el superávit sostenido de las cuentas públicas y hasta recordó que ya somos un poco más ricos que los italianos, al ganarles por un cuello en renta per cápita. La campaña electoral empezará el 22 de febrero.