Campaña en la tierruca

ZAPATERO aterrizó ayer en León con un anticipo de los Reyes Magos y justo un día antes de inaugurar la llegada del AVE a Valladolid. Mientras llega el tren veloz a León, el presidente dejó despejado el camino, las pistas propiamente dichas y las obras de la nueva terminal a la vuelta de la esquina, para que León se conecte vía aérea con el mundo. Un hito en una provincia que, durante muchos años, hizo risas de aquella memorable foto de parlamentarios socialistas en La Virgen del Camino, en los años 80, reclamando el aeropuerto. El presidente hizo de su tierra, al inaugurar también el Centro de Atención a la Discapacidad, el símbolo de sus ejes políticos para todo el país: el progreso en infraestructuras y la atención a las personas. Un discurso más difícil de vender ahora que hace cuatro años y fuera de León que en León: porque corren tiempos de recesión económica y porque ya no existe la expectativa inicial sobre cambios cruciales que ya se han puesto en marcha, como la Ley de la Dependencia, el reconocimiento de los matrimonios gays y la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres. La visita de Zapatero ayer a León fue, sin duda, un arranque muy simbólico de la que va a ser una dura campaña electoral a la vuelta de las vacaciones de Navidad. En vísperas del sorteo de lotería más esperado del año, el presidente quiso llenarse en León las alforjas con un puñado de buena suerte de la tierruca. Dejar la casa bien arreglada antes de emprender un viaje lleno de incertidumbres es un buen punto de partida, un signo de que las cosas, también los éxitos, tienen un recorrido y no se improvisan. Durante los casi cuatro años de gobierno, aquel joven diputado que viajaba en el Talgo para asistir a las sesiones del Congreso, ha llevado a León en las notas al margen de su cuaderno de bitácora. Pero el vaso con el contenido de estos cuatro años se puede ver medio lleno o medio vacío. Eso es a gusto del votante. El PP lo ve tan vacío se gasta 30 centímos en reclamar que lo llene.