AQUÍ TE ESPERO
Causa y efecto
COMENTABA la pasada semana que la nueva plaza de las Cortes Leonesas era lugar de cita para muchachos con monopatín, que aprovechaban la inclinación de la zona ajardinada para hacer piruetas. Pero a lo que se ve esta remozada zona urbana tiene otros muchos usos y pretendientes. En la noche de la Nochebuena (20.30 horas) unos niños de una docena de años jugaban al balón en ese lugar. Aunque no es la utilización más adecuada para ese emplazamiento, eso no era lo peor, sino que se empeñaban en hacer una especie de frontón con la escultura de Juan Carlos Uriarte, estrellando contra ella la pelota, que salía rebotada para volver a estrellarla de nuevo. Y así una y otra vez. No había policía por allí, ni en los alrededores, a la que poder comentar esta circunstancia para que se personara en el lugar y quitara a los muchachos las ganas de jugar contra la escultura. Todavía no se ha inaugurado y ya es objeto de deseo para varios grupos juveniles y con distintas utilizaciones. También ha pasado ya su primera madrugada de vándalos y así nada menos que ocho postes de los que delimitan la zona para entrada de vehículos habían sido arrancados de su base. También un banco tenía una gran pintada, así que como se demoren mucho en la inauguración van a encontrar las ruinas. Ante el reiterado mal uso y destrozo de esta zona, céntrica donde las haya, y realizado con nocturnidad pero en horario en el que todavía mucha gente transita por allí, cabe comprender por qué León está tan sucia de pintadas y carteles y hay tanto mobiliario urbano destrozado. La juventud no lo cuida y no hay nadie que les disuada. Esa es la causa y su efecto. Por eso está así.