Perversas simetrías de Ibarretxe
IBARRETXE, que anticipó su habitual discurso de fin de año hasta simultanearlo con el del Rey -hay mimetismos que llevan al ridículo-, está explotando el filón de las simetrías perversas que tanto le agradan: «Los atentados y la ilegalización de partidos nos devuelven al pasado», dijo. Y que ésta debe ser -entiéndase la ironía- la gran desgracia de los vascos: verse acorralados al mismo tiempo por ETA y por el Estado de Derecho, por los terroristas que matan y extorsionan y por los jueces que dictan sentencias. En definitiva, parece inevitable que habrá que responder a estas insidias en tono progresivamente más duro y con todas las armas que otorga el Estado de Derecho. No podemos asistir impasibles a la creciente degradación de la política en Euskadi.