Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Hacer el papelón

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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YA NO tengo la mínima duda: el presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid, José Rolando Álvarez, es hombre de Tomás Villanueva. Por una vez ha dicho lo que realmente piensa. Para Rolando Álvarez el único aeropuerto de la comunidad debe estar en Valladolid y las cajas de ahorro deben fusionarse, se sobreentiende que para que su sede central esté en Pucela. El señor Rolando Álvarez, sin embargo, por desconocimiento o no llegar al listón, no dijo algo que se está poniendo en práctica de forma subrepticia: que aprovechando las directrices europeas como excusa para reordenar el mapa de titulaciones se supriman algunas en León. Anteayer, en este periódico un cargo de confianza del actual equipo rectoral hacía este mismo razona miento. Resulta obvio tener que escribir, a estas alturas, que la Universidad de León no debe renunciar a ninguna de las titulaciones que imparte. Tendrán que mejorarse los planes de estudio, adaptarse a Bolonia o lo que haga falta. Pero, bajo ningún concepto, la renuncia a titulación alguna, que es lo que algunos serviles de León están dispuestos a facilitarle a Valladolid. Por cierto, la Facultad de Biológicas de nuestra Universidad ha sido noticia de alcance nacional durante la última semana. Su decano ha autorizado una conferencia a los Creacionistas. La Facultad de Biología de León es modélica. O lo era. En el ranking nacional sólo es superada, entre comillas, por la privada de Navarra. Apuesten conmigo: nuestra Facultad es la más destacada en investigación, producción y resultados. Por eso mismo sorprende que se le haya dado altavoz a los Creacionistas, que niegan la evolución. Según el Tribunal Supremo de Estados Unidos son simplemente una religión sin componente científico. No se sabe qué pintan en una Facultad. A lo mejor, lo mismo que el Opus, los kikos o los Legionarios de Cristo en el seno de la Iglesia Católica. Otro papelón igual que el que le ha tocado hacer a Mariano Rajoy, lider del Partido Popular obedeciendo como ún títere a José María Aznar y a Esperanza Aguirre para que prescindiera de Alberto Ruiz Gallardón en las listas al Congreso por Madrid. Hoy, festividad de San Antón, celebraba mi madre su santo. Se llamaba Antonia y era campesina. Prefería al santo rudo y bonachón, al refinado San Antonio de junio. Quizá por ello elegía esta fecha para invitar a pastas, mistela y orujo a todos los vecinos del pueblo. Bien, pues hoy mismo el PP hace públicas las listas de los números uno al Congreso. Los demás aún están sellados en la batalla orgánica que se abre en cada convocatoria electoral. Mariano Rajoy, digo, ha precindido del corregidor de Madrid. El viejo patrón, Manuel Fraga, y otros destacados dirigentes azules, aseguran que la decisión restará un enorme puñado de votos. El alcalde ha aceptado la derrota -¿y qué otra vía le quedaba?- y alarga su decisión al post 9-M. Mariano Rajoy no está en buena ni cómoda situación, pese al fichaje estrella de Pizarro para liderar los temás económicos. Comenzó siendo un candidato designado a dedo por Aznar y la derecha extrema que representa demuestra que seguirá siendo un muñeco de ese sector. No tie ne ninguna autonomía propia de criterio. Con Ruiz Gallardón se ha prescin dido del último resquicio de centrismo del Partido Popular.

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