EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
«Voluntad reformista» Programas y contratos
RAJOY, decidido a explotar el acierto de la designación de Pizarro como número dos de la lista del PP por Madrid y futuro vicepresidente económico si su partido gana las elecciones, resaltó la «voluntad reformista» de su patrocinado que contrastaría con la «política de no hacer nada» de Pedro Solbes... Para un liberal, el elogio puede convertirse en un regalo envenenado si se piensa que la ortodoxia económica requiere combatir y erradicar el intervencionismo estatal para dejar actuar a las fuerzas del mercado, en situación de libre competencia. Pizarro fue el vertebrador de una cuadra de empresarios del PP -Alierta, González, etcétera- que fueron comisionados por Aznar para ultimar las privatizaciones de empresas públicas y formar un tejido empresarial afín al PP. Si lo que quiere decirse es que Pizarro está decidido a seguir por este camino y a mantener una política económica que interfiera con la libertad mercantil se estaría cometiendo un craso error. AUNQUE en la legislatura que concluye se ha hablado -y discutido- sobre todo de asuntos escasamente vinculados a las ofertas programáticas partidarias (el proceso de paz y la reforma territorial), lo cierto es que, por primera vez en este ya largo desarrollo democrático, el Gobierno ha ejecutado la mayor parte del programa con que el PSOE ganó las elecciones del 2004 (curiosamente, un programa escrito con la conciencia de que probablemente no podría aplicarse ya que todas las encuestas daban al PP vencedor). Las principales leyes -contra la violencia machista, de Dependencia, de Igualdad, de matrimonio homosexual, etcétera- y las grandes reformas -la del audiovisual público sobre todo- estaban claramente proyectadas en el programa. Este precedente, del que la ciudadanía conserva intuitiva constatación, tiene operatividad presente y futura: a partir de ahora, la sociedad se leerá con más atención que antes los programas y los conservará para exigir su cumplimiento. En definitiva, lo que ahora prometan los políticos tendrá un innegable valor contractual.