Viva España

POCO HA DURADO la letra del himno nacional elegida por un sesudo jurado Dios sabe con qué criterios, porque de altura patriótica no sé, pero de poética no andaba muy sobrada. La cuestión, a parte de la poca formalidad del COE, es si habrá alguna letra que no sea el "nino nino naninoninonino nino nino ni¿.." que logre el consenso necesario. ¿Cómo componer un himno patriótico que sea sentido sin caer en la cursilería, que sea digno sin pecar de ramplonería o de pretenciosidad, que ensalce lo nuestro sin herir sensibilidades? Difícil misión, en este país donde la diferencia es un grado y además la mayoría preferimos defender que nos gusta la música de una cacerolada antes que reconocer que nos acuna la voz de Julio Iglesias en los íntimos cascos. Si hay algo realmente preocupante en todo este vodevil es que entre 7.000 candidatos la letra del efímeramente famoso Paulino haya sido la de más talento. Muy malita debe estar la cosa de la composición o muy perjudicado el jurado para que al final se haya parido tal desatino. El caso es que estamos como al principio, preguntándonos para qué necesita el himno una letra. Si es por lo de que los deportistas tengan algo que tararear, me inclino por algo más parecido a los himnos de fútbol. Esos, a excepción del incomparable de Sabina y su «atlieti», sí que suelen pasarse por el forro la cosa poética, pero a sentimiento no les gana nadie. Pero si lo que nos da envidia es, al final, el sentimiento con el que la selección armenia canta abrazada su himno, la letra que se ponga al español es lo de menos. Incluso es mejor mantener el nino nino , que no ofende a nadie y nunca ha causado polémica. Y tiene la ventaja de que, al igual que el himno armenio, no lo entiende nadie.