Pizarro se asoma a la crisis

ANTE una crisis financiera con epicentro en Estados Unidos, la gran esperanza blanca del PP en el terreno económico -¿y político?, Manuel Pizarro, estaba obligado a emitir su opinión, a ser posible crítica contra el Gobierno socialista. Pero como el asunto afecta, además de a la bolsa de Madrid, a las de Londres, Frankfurt, París y Tokio, se podría hablar de turbulencias bursátiles globalizadas, y ello libera al presidente Zapatero y a Solbes de responsabilidades directas en las caídas de los mercados. Los bancos centrales de Estados Unidos, Tokio y la Unión Europea han llegado a un entendimiento tácito para combatir consensuadamente la crisis. De ahí que en este momento no sea recomendable, aunque le haya sido recomendado, que el Gobierno español lanzase un decreto, no necesariamente «brutal», para atenazar una crisis que a la economía española no le alcanza. En este sentido, Pizarro se reunió ayer con Rajoy y Arias Cañete, un economista de espíritu legionario, para analizar el despeñamiento de las bolsas, que afecta a unos ocho millones de inversores españoles. ¿Les había protegido suficientemente el Gobierno? Dice Pizarro, aireando metáforas de calidad mediana que «la bolsa es el mástil de un barco, lo primero que se mueve y lo primero que señala lo que va a pasar». Y es que los mercados anticipan la evolución de la economía, como muy bien sabe Pizarro, pues se ha pasado toda su vida en ellos. («Llevo toda la vida en ellos», dijo ayer textualmente). Y lo que nos dicen hoy los mercados es que «se ha acabado la fiesta y empieza la resaca». Algo o mucha razón parece tener el fichaje electoral del PP, pues se avecina no una etapa de vacas flacas, sino más bien de vacas de fina silueta, como «top models» vacunas. Pizarro añade, refiriéndose ya más o menos subl iminalmente al Gobierno de Zapatero, que si los incendios hay que apagarlos en invierno, «las crisis hay que apagarlas dos o tres años antes», por lo que el electorado español tal vez se pregunte qué hacía hace dos y tres años el vicepresidente Solbes que no ha evitado la onda expansiva hacia Europa de la crisis norteamericana de las «subprime». Pero muy seguro de la corrección con que ha gestionado la bonanza económica, Solbes anticipa que la economía española está bien preparada para afrontar esta crisis financiera -«mejor preparada que nunca», dijo Zapatero-, y que hay que analizar profundamente la situación antes de actuar, añadió Solbes tras la reunión en Bruselas del Ecofin. Recordando, de paso, que las medidas de Bush no parecían haber servido de mucho. Y para que sirviera de mucho o, al menos, de algo, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, reunión a los consejeros y al gobernador de la Fed ayer, anticipando la reunión habitual del día 30, para bajar en tres cuartillos, 75 centavos, el precio del dinero. Fue una sorpresa ante el temor que de que al abrirse ayer la bolsa de Wall Street los futuros, contratos anticipados a la apertura, desplomaran las cotizaciones. En fin, el epicentro de las turbulencias está en Estados Unidos, pero desde la Reserva Federal a los bancos centrales del resto de Occidente viven en estado de alerta para que no falte ni mucho menos sobre liquidez en los organismos financieros.