El Gobierno recomienda tranquilidad

POR UN día, las noticias sobre la campaña electoral, y las peleas internas o externas de los partidos, han dejado paso a la información que proporcionaban las bolsas, todas ellas preocupantes. Incluso dramáticas. Y no sé si «de tragedia», como las califica un diario barcelonés. No es una noticia que pueda dejar indiferente la que se refiere a la marcha de esas finanzas en las que «juegan» o se comprometen muchos millones de familias españolas, y por supuesto, todas las grandes empresas españolas. Los datos del drama son ciertamente abultados: las pérdidas en el Ibex se estiman en unos 47.000 millones de euros. Casi ocho millones de familias españolas invierten en bolsa. El saldo acumulado de ahorro alcanzó en 2007 los 1,8 billones. Desde el 1 de enero, cuatro millones de familias españolas han perdido el 17 por 100 de su inversión en Bolsa, una cantidad igual al presupuesto del Estado, dice un diario. Y en otro nos aseguran que, en lo que va de año, los accionistas de las principales empresas españolas perdieron cien mil millones de euros. Es espectacular que el parqué nacional haya perdido en 20 días lo mismo que gastará el Estado en todo 2008... Si nos detenemos en algunos grandes inversores, también nos hallamos cifras de escándalo: Los Botín han perdido 200 millones de su patrimonio en enero y FG, Francisco González, seis millones, en plena debacle. Es evidente que el pesimismo se ha apoderado de los inversores bursátiles habituales. Dice un cronista que se dan por enterrados los años alegres de la pujanza económica. Muchos inversores están justificadamente preocupados, por cuanto han perdido una parte de sus ahorros. Así las cosas, a algunos ha llamado la atención la actitud del Gobierno, y particularmente del vicepresidente Solbes. Con su cachaza habitual, Solbes invita a no exagerar los desplomes. En la línea optimista de Zapatero, destaca que la posición española es bastante cómoda y nos permite mirar con tranquilidad el futuro. Otro tanto ha dicho el comisario de la UE Joaquín Almunia. Entre otras cosas, porque es muy poco lo que cabe hacer. Si acaso, algunas soluciones deberán llegar de los Estados Unidos, origen del problema financiero... Hay verdadero pánico en los mercados y entre los inversores, pero aún no se sabe la causa concreta y la razón última de la crisis: ¿Las subprime, la falta de liquidez bancaria, los planes de Bush, los tipos de interés? Los analistas reiteran que se ignora la razón última, y por eso resulta especialmente complicado combatir el problema.