Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

MIENTRAS Bernanke no da con el exorcismo para alejar de Estados Unidos el demonio de la recesión y el «jodío» Trichet no acaba de bajar los tipos en Europa; mientras ocho millones de españoles sudan en frío cada mañana con la apertura en rojo del electrónico del parqué de la plaza de La Lealtad, en el pequeño reducto berciano, entre Piedrafita y El Manzanal, el futuro económico parece empapelado de rosa empalagoso. No sé. O esto es el paraíso o la proximidad de las elecciones ha desatado un inusitado interés en nuestros administradores por transmitir sensaciones de optimismo que en opinión de unos y otros podrían depararles más votos que la decepción que se derrama por las páginas salmón a escala nacional y aún más, planetaria. En el Bierzo ya no va a quedar dentro de poco ni un municipio sin un sistema de biomasa o similar que llevarse a la boca. La Ciudad de la Energía será un proyecto que se quede a la mitad de la mitad de lo anunciado por algunos políticos, pero hay que reconocer que ha contribuido a desatar una especie de fiebre por lo renovable que podría resultar realmente favorable si la inflación de iniciativas no acaba haciéndolas explotar todas. La Fundación Ciudad de la Energía anunció un estudio para una planta de producción de biomasa, y a los cuatro días el alcalde de Toreno, Pedro Muñoz, se ha destapado con una planta privada ya diseñada y con suelo listo para su ejecución. Y a mayores, con una oferta para montar otra de biodiésel. En total treinta millones de inversión de nada. En Bembibre, el listado de sociedades que optan a las ayudas del Plan del Carbón suma casi 50 millones de euros de inversión, y la mayoría tiene que ver -no como hace unos años- con la fabricación de bienes de equipo, y el más sobresaliente con la creación de células solares a partir del silicio para los parques fotovoltaicos que empiezan a proliferar por todo el país. Ahí están ultimándose los proyectos de Endesa para activar el primero de los tres ciclos combinados de gas en Compostilla II. Y yo soy de los que creo a pies juntillas, como algo revolucionario, en la central de oxicombustión para experimentar con el secuestro del CO 2 que alienta la Ciudad de la Energía -en lo de los 8.500 empleos y los trescientos y pico millones de inversión jamás creí-. Y todo esto cuando aún falta más de un mes para acudir a las urnas... Lo que yo me pregunto es sí la fundación que dirige José Ángel Azuara no podría investigar también el aprovechamiento de la energía hiperpositiva que nuestros políticos derrochan cuando llegan las elecciones. Seguro que se podría alumbrar toda Ponferrada durante un año. Aunque lo que resultaría ya la leche sería transformar en kilovatios la mala hostia que destilan los enemigos acérrimos, digamos por ejemplo, de los candidatos Canedo o Riesco. Entonces habría luz para cubrir la demanda de toda la provincia... Y encima Riesco da lecciones de urbanismo para el ministerio, y los empresarios lo coronan. Y Canedo se marca un macropolígono por el morro a cuenta de la Sepes. ¡Que digo de la provincia, para satisfacer la demanda nacional!. El Iter o la pila de hidrógeno iban a ser lo que un huevo Kinder a un campeón de sumo.

Cargando contenidos...