Diario de León
Publicado por
CONSUELO SÁNCHEZ-VICENTE
León

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NO SEÑALAR la condición de extranjero de los delincuentes extranjeros forma parte de la «autocensura» que nos hemos impuesto muchos periodistas por convicción personal o a instancias de los políticos para contribuir a combatir el racismo y la xenofobia. Un delincuente es un delincuente sea cual sea su nacionalidad, hemos escrito en nuestros libros de estilo. La intención, buenísima en sí misma, se ha demostrado, en mi opinión, contraproducente, par a comprender y atajar aquellos delitos de violencia de género que, además de los ingredientes comunes de este tipo de delitos, tienen un componente cultural que todos comentamos en privado cada vez que el maltratador o la maltratada resultan ser «inmigrantes», pero que en público callamos o cubrimos con el velo de lo políticamente correcto porque en sociedad no está bien visto y queda fatal, xenófobo y racista admitir que la causa de la violencia machista -la idea de el hombre es superior a la mujer- es un «valor» en algunas de las culturas de los maltratadores y de las maltratadas «inmigrantes». Lo importante es el delito, no la cuna del delincuente, pero en el caso del terrorismo de género, ignorar la cuna cultural del maltratador es, a veces, negar una parte importante de la realidad. Los datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género revelan que los imputados extranjeros por malos tratos superan el 35 por ciento del total, índice similar al de mujeres extranjeras víctimas de la violencia machista. Me adelanto a decirlo: el resto son españoles y españolas. La diferencia es que en España la igualdad entre hombres y mujeres ya es un valor social, los españoles y las españolas ya estamos comprometidos con la igualdad entre hombres y mujeres, en casa y en la escuela ya educamos a nuestros hijos e hijas en el valor de la igualdad. La tolerancia está muy bien, pero el límite es la ley, quien quiera vivir con nosotros tiene que cumplir nuestras leyes. La educación integral es el secreto, incluido el valor ejemplificador de las penas de cárcel. Y a mí me ha parecido audaz y valiente, que el PSOE, haya modificado su programa para expulsar de España durante diez años a los extranjeros condenados por violencia de género.

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