Tres denuncias de libro

LOS SINDICATOS mineros y los ayuntamientos englobados en Armi han denunciado un hecho que se me antoja de enorme gravedad: 160 millones de euros destinados a reactivar las comarcas mineras están paralizados desde hace dos años. Causa: no hay coordinación entre las diferentes consejerías de la Junta competentes en los proyectos. Es evidente que el encargado o responsable es el vicepresidente Tomás Villanueva. Vuelve a demostrar, una vez más, que lo que está fuera de Valladolid le importa un bledo. Villanueva trabaja mucho y bien para Pucela. El resto de la comunidad ni le interesa, ni le importa. ¿Cuántos tendrían que dimitir por ese desinterés en las comarcas mineras leonesas que, mientras tanto, sufren una sangría desoladora, hasta el punto de que habrá despoblados cuando quieran llevarse a cabo los proyectos?. Otro asunto igual de escandaloso es el del embalse de Villagatón. No es la primera vez, y creo que no será la última, que escribo sobre este ejemplo supremo de inutilidad. Sin quererlo, lo rescaté de la memoria perdida el pasado domingo. Fui a almorzar a Villafeliz de Babia y contemplé la preocupante sequedad del pantano de Luna. Ayer mismo volvió el tema a mi cabeza con las primeras gotas de lluvia. Y es que el embalse de Villagatón se terminó hace más de diez años. por la consejería de Agricultura de la Junta. En todo ese tiempo el gobierno de la comunidad no ha sido capaz de conseguir el objetivo fundamental por que el fue construido: embalsar agua y atender a las necesidades de La Cepeda y del Tuerto. Ahora todos los corregidores de la comarca de La Cepeda han pedido a la Junta que lo ceda urgentemente a la Confederación Hidrográfica del Duero porque, de lo co ntrario, sería volver a despilfarrar el agua de Villagatón. Y lo haría, prácticamente, en un año muy seco y en el que el embalse de Villameca está bajo mínimos. Si la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, no arregla este desaguisado y cede el embalse a la CHD para que lo administre, ¿cuál será el final de tamaño despropósito? O lo hacen los responsables directamente implicados, o las responsabilidades afectarán al propio Juan Vicente Herrera. Y de dos temas con marcado acento leonés, a otro con más proyección mediática: el bochornoso espectáculo del gobierno de la Comunidad de Madrid relativo a los médicos del hospital de Leganés. Porque es bochornoso que el ex-consejero de Sanidad, Manuel Lamela, que es el origen del sabotaje a la sanidad pública y que ha quedado demostrado por la resolución judicial de archivo, se comportó como un facineroso. Ahora demuestra, además, que es un cobarde. Su única salida decente es la dimisión, aunque sea en estos momentos consejero de Transportes. Está en el mismo gobierno que montó la gran movida. Y fue el protagonista. De la misma manera, lo único decente que puede hacer Esperanza Aguirre es pedir perdón a médicos y pacientes. Bueno, eso en el caso de que les importen algo los ciudadanos. Claro que también deberían pedir perdón al doctor Montes y a sus compañeros galenos los orates y tertulianos de la emisora de Rouco Varela. Durante semanas estuvieron llamándoles asesinos. Pero, bueno, para eso se necesita atesorar un mínimo de ética periodística.