Seriedad, por favor

SI COMPRENDIÉRAMOS que, sociedad, nación, estado y gobierno, somos todos, creo que estaríamos en condiciones de evitar el peligro de los salva-patrias. Si, además, nos paramos a pensar, para darnos cuenta, de que las imágenes que vemos en la televisión sobre el mundo, lo que vemos en nuestra ciudad, en nuestro barrio, no se parece nada a lo que deseamos. Si somos capaces a percibir cuáles son las causas, seguro que nos daremos cuenta que el problema es el sistema político y el sistema económico que tenemos, porque sus estrategias están basadas en la explotación. El mundo, aunque todos pueden percibir esto, está perturbado por el exceso de ambición y egoísmo. Todos los analistas, reconocen que Bush, con sus ayudantes, ha hecho demasiado daño a la mayoría de Estados Unidos y del mundo entero. En el otro lado tenemos a Bin Laden, agitando a los suyos, y en el escenario del negocio a los especuladores. ¡Qué sería del imperialismo capitalista sin un enemigo! Ambos se necesitan. En marzo, podemos votar los españoles. En octubre, pueden votar los americanos. En ambas elecciones hay dos opciones: más capitalismo, si gana la derecha dura e insensible en España y en Estados Unidos. O, un poco menos capitalismo, si gana, la derecha blanda y sensible, aquí y allí. La derecha dura es la que defiende el sistema de la especulación, la que ha aprobado ir a la guerra de Irak y la que provocan otras guerras, la que sube los precios y baja los salarios, la que restringe los servicios públicos y la calidad de vida. La derecha blanda, antes más izquierda, dentro de lo posible, defiende el diálogo entre culturas, y es más sensible, respeta y defiende los servicios públicos, única defensa de la calidad de vida de la mayoría. El pasado día 29, por iniciativa de Gordon Brown, se reunieron en Londres, Sarkozy, Merkel, Prodi y Durao Barroso, éste en representación de la Comisión Europea. En esa reunión, todos reconocieron que no hay transparencia en los mercados financieros ni en los bancos y que los gobiernos, si no cambian, tendrán que intervenir. Sarkozy, hizo la distinción entre empresario y especulador, distinción importante, propuso defender el «capitalismo de empresarios, no de especuladores». Dejar a los especuladores tomar medida de la capacidad de endeudamiento de los ciudadanos, es inmoral; y los gobiernos capitalistas, en vez de evitarlo, avalan el abuso. Rajoy culpa a Zapatero, sabiendo que el problema de los precios es obra de los especuladores y del sistema que él defiende con vehemencia. La mayoría de los ciudadanos tenemos que defendernos de ese sistema, porque contemplar cómo se hacen ricos y ayudarles, es de idiotas. Votar giro a la izquierda, es obligar al PSO E a reciclarse. Esta derecha española no ha hecho méritos para votarla.