LA VELETA
Torpeza episcopal
ESTA VEZ, la ambición de monseñor Camino por reforzarse en su estrenada triple condición de monseñor-portavoz y confidente e intérprete de la línea más dura de Rouco Varela y Kiko Argüello, ha errado el tiro, y los más, en el propio episcopado, hubiera querido que la nota episcopal preelectoral no hubiera llegado a existir. Y desde luego, que no hubiera originado la polvoreda suscitada, y el rechazo tan firme desde la dirección del PSOE: Zapatero, Chávez, Guerra, Blanco... Todos se han unido para rebatir a Camino y su incongruente alegado, en el que ha pretendido distraer con galimatías ya superadas: «Diálogo con los terroristas sí, negociación no...». Una tesis en la que sólo ha insistido la no menos dama de las sedaciones de Leganés, y adversaria a ultranza de Gallardón, doña Esperanza Aguirre. Cada cual se sitúa en su lugar: con la intolerancia, con los ultracatólicos... Los obispos tienen elección de presidente de la conferencia dentro de un mes, y está por ver si prospera la reelección de Blázquez o si retorna el durísimo Rouco, el de la movilización ultracatólica de la Plaza de Colón de hace unas pocas semanas. Rouco no se detiene, y tampoco sus afines, pero posiblemente yerran. Lo cierto es que el presidente y el PSOE han hallado en la diatriba episcopal un excelente argumento de campaña, y bien quisieran que se prolongara mucho tiempo, mientras el PP calla y sólo tiene la ocurrencia de esa campaña en la que Rajoy se pone al teléfono: ¿Alberto, dónde estabas que ya no vienes a mitines?. Pues si no vienes, envíanos tus ideas para la campaña..., que viene a demostrar una formidable -colosal, diría Mariano- carencia de ideas propias. De modo que mientras el PP calla y se esconde, se cree saber lo que opina sobre la doctrina episcopal de Camino y Rouco: que más valiera que los monseñores se hubieran callado. Si el PP llegara al poder no cambiaría la ley del aborto, ni la del divorcio, y es dudoso que cambiara una sola letra de la ley de matrimonios homosexuales, y si transcurre algún tiempo, tampoco cambiará la asignatura de Educación para la Ciudadanía, porque habrá apreciado que es un antídoto al adoctrinamiento que en exclusiva ha tenido la Iglesia Católica en los centros escolares españoles. Es más, la famosa nota de Camino ha situado más cerca que nunca al Gobierno de romper, o al menos revisar, los acuerdos con la Santa Sede. Muchísimos socialistas, católicos o laicos, y ciudadanos en general, querrían que así fuera, y más pronto que tarde. Porque hay torpezas que se pagan caras... En los Presupuestos Generales del Estado de cada año.