EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Clinton se adelanta, Obama sigue Homofobia
TRAS el apretado «supermartes» de las primarias norteamericanas, todavía no se ha dicho la última palabra en el bando demócrata. Las elecciones previas en 24 estados han dejado a Hillary Clinton ligeramente por delante de su opositor, Barack Obama: Clinton ha ganado en número de delegados (845 frente a 765), mientras Obama ha vencido en estados (12 a 8). La situación entre los demócratas es ambigua: es cierto que Clinton ha ganado en todos los grandes Estados y las victorias de Obama tienen un valor esencialmente simbólico porque en su mayor parte se trata de estados poco poblados, que la campaña de Clinton ignoró por su escaso peso demográfico o, en el caso de Georgia, por su numerosa población afroamericana, pero el sistema electoral demócrata da ventaja a los candidatos que pierden. Todo indica, en fin, que Clinton y Obama pueden llegar ambos a la convención de los demócratas, que deberá tomar la suprema decisión en favor de uno de los dos. UN SUJETO que ha ido del periodismo a la política y que va a concurrir a las próximas elecciones ha asegurado formalmente que no es homófobo porque no critica a los gays, a las lesbianas y a las mujeres con pretensiones de ser iguales que los hombres: sencillamente, hace chistes sobre estas cuestiones. Y piensa seguir haciéndolos porque a su entender no se puede vivir sin sentido del humor. Habría que explicarle a este individuo que la intolerancia en general y la homofobia en particular no consisten necesariamente, en sus formas más graves, en exterminar al diferente o al heterodoxo sino en someterlo a esta hiriente ironía que lo discrimina y lo excluye, que suscita la sonrisa cómplice y conmiserativa del que participa de aquel tenebroso sobreentendido. El ciudadano que hace, en fin, gracietas sobre las minorías sexuales o étnicas o sobre los asuntos de género no hace más que buscar apoyos a su intransigencia entre quienes se rían de sus ocurrencias. Y no sabe seguramente que cada vez somos más quienes pensamos que es su casta degenerada y perniciosa la que ha de declararse en extinción.