Diario de León

LA VELETA

Le toca a la Universidad

León

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EN LUGAR de presentar un programa completo que los ciudadanos podamos analizar, los partidos han optado por el márketing diario: cada día avanzan una propuesta con lo cual sorprenden al rival y le hacen ir detrás. Eso tiene unos réditos informativos y, además, permite cambiar el programa a conveniencia. Cualquier día de estos se meterán con la educación y es posible que hablen de las Universidades. En Madrid, la presidenta Aguirre acaba de anunciar la creación de nuevas Facultades de Medicina, como si eso sirviera, de verdad, para solucionar el problema de la falta de médicos. Lo que sí supone es un nuevo parche, una manera de gobernar, como de legislar, en función de los acontecimientos inmediatos y no de conocimiento y análisis de las tendencias futuras. Ahora nos faltan médicos porque durante años nos sobraban y decidimos poner númerus clausus en el acceso a la carrera de Medicina. Pero para solucionar el problema nos harán falta diez años que es lo que se tarda en formar un médico. El problema de la Universidad española no es Bolonia ni el profesorado ni el excesivo número de universitarios, pagados con fondos públicos, que no ejercerán nunca su profesión. El problema de la Universidad española es la Universidad. El catedrático y presidente del Observatorio Económico de Andalucía, Francisco Ferraro, señala que «de nuestra Universidades no emana una capa dirigente, una élite. Nuestros científicos tampoco están en la élite, ni las Universidades ni los másters». No le falta razón. El ránking anual de la Universidad Jiao Tong de Shangai vuelve a mostrar la situación real de las Universidades españolas. No hay ninguna entre las 100 mejores del mundo. Ninguna entre las 50 mejores de Europa. Ninguna juega la Copa de Campeones. Ni siquiera la Uefa. En la calificación mundial hay que ir hasta el puesto 170 para encontrar a la Autónoma de Barcelona y hasta el 248 para que aparezca la Complutense de Madrid o al 255 para que aparezca la Autónoma de Madrid. A partir de ahí el desierto, sólo 9 entre las 500 mejores del mundo. Brasil, Singapur y Argentina están al mismo nivel que España. Espero con emoción las propuestas de los partidos para exigir la competitividad de las Universidades, para explicar en qué se gasta el dinero de los contribuyentes y cómo es eso de que tenemos la generación mejor formada de nuestra historia. De momento, lo que hay es una Universidad encantada de haberse conocido, que está a la cola del mundo y que no tiene perspectivas de mejorar.

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