Diario de León
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FEDERICO ABASCAL
León

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ANTES DE LLEGAR a la recta final de la carrera, los dos atletas corren emparejados, lo que tal vez haga necesaria en la meta la foto finish. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la autoridad demoscópica con más medios a su alcance, la diferencia en votos entre el Partido Socialista y el Partido Popular sería de 1,5 puntos favorables a los socialistas, a la luz de las respuestas técnicamente cocinadas de los 18.221 españoles encuestados. Ese macrosondeo se realizó en los catorce previos al día 4 de febrero. Desde entonces a hoy no ha sucedido nada que en política pudiera considerarse determinante. Ninguna encuesta hasta ahora indica una ventaja del PP, pero casi todas comparten, por emplear la expresión que ayer utilizó la vicepresidenta del Gobierno, «un denominador común». María Teresa Fernández de la Vega dijo en la rueda tras el consejo de ministros que el denominador común señalaba que «el Partido Socialista está en condiciones de ganar». Pero ese mismo denominador común advierte de que el PP se va acercando tanto a su competidor que el llamado empate técnico se estaría haciendo realidad. Cada partido, además, encarga sus propios sondeos, que sirven para el zigzagueo oportunista de su estrategia preelectoral, y ante la carrera ya iniciada, que podría ganarse al sprint, el PP ha decidido no sólo desplegar todos sus medios, sin excluir de ellos a su dirigente Arias Cañete, que produce sofocones en algunos despachos de Génova 13, sino arrostrar también ciertos riesgos, como los debates cara a cara de Mariano Rajoy con Rodríguez Zapatero en televisión. Las últimas entrevistas que se le han hecho al presidente -Iñaqui Gabilondo en Cuatro y Carlos Herrera en Onda Cero - no parecen asustar ahora a los asesores electorales de Mariano Rajoy, que saben lo que de ruleta tienen las urnas, por lo que quien no apuesta, no gana. La carrera electoral podría seguirse a partir de ahora con más interés, o algo de interés al menos, si creemos en lo incierto del resultado que ayer desvelaba el CIS. Pero el interés empieza a verse atraído no tanto por el recuento de votos en la noche electoral como por la situación política que amanezca al día siguiente. Si entre el PSOE y el PP hubiera una diferencia muy escasa de escaños, entre uno y diez, pronostica el CIS, ni la buena voluntad de la aritmética parlamentaria ofrecería una coalición o pacto de gobierno estable. Estabilidad proporcionaría en este caso die Grosse Koalition, experimentada dos veces por Alemania, como república federal en los años sesenta y como Alemania unida ahora entre Merkel y los socialistas. No parece, sin embargo, que en España se den, ni económica ni políticamente, circunstancias que pudieran aconsejar una gran coalición entre el PSOE y el PP, en la que Rajoy o Zapatero, según quien hubiera obtenido menos votos, tuviera que ser vicepresidente del otro. De lo antedicho se desprende que los cara a cara en televisión van a ser el duelo más reñido entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, más reñido aún que sus enfrentamientos parlamentarios, en los que ZP solía ganar, por lo que la campaña irá adquiriendo interés dado el empate que señala el CIS, autoridad demoscópica que a menudo se equivoca, igual que las empresas privadas, pero lo hace con medios muy abundantes, lo que tiene mucho mérito.

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