Diario de León
León

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¿SE SOMETERÍAN Rajoy o Zapatero, Felipe González o Aznar al escrutinio permanente, durante todo un año, en todo momento, de un escritor/a independiente, no militante, incluso de ideas contrarias, que fuera a publicar luego todo lo que ha visto, lo que ha escuchado, sin censuras, sin cortapisas, sin favoritismos? Me temo que no. Más aún si han leído el libro que Yasmina Reza ha escrito sobre Sarkozy, que sí se dejó y que, seguramente, no debe haber quedado muy satisfecho de los resultados. ¿O sí? A veces, que hablen de uno, aunque sea mal, sigue siendo mejor que que nadie se ocupe de ti. Yasmina Reza, autora entre otros excelentes libros de la comedia Arte , ha contado su seguimiento a Sarkozy durante un año, el año que le llevó a la presidencia de la República, y ha descubierto a un personaje que está encantado de haberse conocido, lo que no le diferencia tanto de los que he citado al principio y de tantos otros que se pasean por España, sean políticos, empresarios, artistas o deportistas. Pero Reza le califica de «vanidoso, jactancioso, impaciente» y otras lindezas y le describe como alguien superficial, despótico, caprichoso o celoso. No sólo se refiere a él, el libro va para muchos políticos, franceses o no: «los hombres de los que hablo viven en un mundo donde las palabras tienen el peso del helio. Apenas pronunciadas, vuelan y desaparecen del porvenir». ¿Les suena eso? Hay otra frase tremenda de Sarkozy que recoge Yasmina: «Es extraño querer a cualquier precio, al precio de las más grandes renuncias, algo que ya no emociona y que has dejado de amar». La conquista sólo importa mientras se persigue. «Si yo no existiera, habría que inventarme» dice el hombre que olvidó el desamor para afrontar la carrera electoral y que, en apenas unos meses ha encontrado el amor, el matrimonio y las portadas de los periódicos. Este hombre, brillante y seductor, que se pone el mundo por montera, gobierna Francia como quien manda en su cortijo y ha anulado al primer ministro hasta tal punto que casi nadie sabe quién es. Si él fuera el primer ministro, nadie sabría quién era el presidente. ¿Está segura Francia en sus manos? Con todo, un respeto. Los libros que se escriben sobre los líderes políticos españoles, parecen escritos por periodistas que han perdido todo sentido crítico y han sido abducidos por el «líder». Son hagiografías, no biografías levemente imparciales. Ninguno de ellos aceptaría un relato a tumba abierta, independiente: Ninguno se sometería a alguien que no es «de los suyos». Ninguno enseñaría su intimidad. No se puede fingir todo el tiempo. Así que Sarkozy seguramente es «un fox-terrier que corretea por todas partes, ladrando», pero, ni se esconde ni miente ni finge. Tal vez eso sea lo que han visto en él los franceses y lo que a muchos nos echa para atrás de los políticos españoles.

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