Fidel se introduce en la campaña

SE HAN disparado las conjeturas sobre Cuba y se siembran conceptos para definir el futuro. Nada hay cierto salvo que el próximo presidente del Consejo de Estado y d e Mini stros de Cuba que elegirá el Parlamento Cubano el próximo domingo 24 de febrero no será Fidel Castro. A partir de ahí, todas las opiniones son válidas, excepto que ha empezado una transición hacia una democracia parlamentaria en Cuba. Eso, está por ver, porque el sistema va a intentar que la revolución continúe sin el comandante en jefe y con algunos ajustes de naturaleza económica. La posición que pueda ocupar la Unión Europea en la sucesión de Fidel Castro es muy importante porque junto a países latinoamericanos como Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay, Bolivia e incluso Chile pueden ser el contrapeso de las pretensiones norteamericanas de dirigir los cambios en la isla. José Luis Rodríguez Zapatero tiene en su haber el cambio de la política de España y de la Unión Europea hacia Cuba. José María Aznar se alineó radicalmente con Estados Unidos en una política de aislamiento que el gobierno socialista ha transformado en colaboración crítica. Frente al cerrojazo de Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero ha conseguido liberar a disidentes y situar a España y a la Unión Europa en una posición que le permite actuar de interlocutor incluso con las autoridades norteamericanas. Miguel Ángel Moratinos fue el primer ministro de Exteriores de un país de la Unión que viajó a Cuba después del cambio de la posición común dictado por José María Aznar. Ahora, un nuevo gobierno socialista español puede ser crucial para la influencia en los procesos cubanos y es un valor que el PSOE puede poner encima de la mesa en la campaña electoral. Sería una excelente noticia, además, porque sacaría el proceso electoral del provincianismo interno de la subasta económica para abrir un debate sobre la capacidad de influencia que puede tener España en el mundo.