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Publicado por
PANCHO PURROY
León

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ESTE nombre corresponde a un proyecto europeo que cuantifica el impacto del carbono en los bosques de la Unión Europea. Durante la fotosíntesis, los árboles recogen el dióxido de carbono de la atmósfera y liberan oxígeno. No obstante, como el monte respira, devuelve dióxido al aire, efecto también dependiente de la descomposición de materia orgánica en el suelo forestal. Cuando las condiciones son normales, los bosques absorben más dióxido de carbono del que emiten, por lo que se convierten en interesantes sumideros de carbono. Al investigar los factores que controlan este juego entre captura y suelta, los investigadores han comprobado que el manejo del monte templado y del boreal influye muchísimo: si el rodal es sometido a talas o desbroces de cierta envergadura, vuelve a emitir dióxido de carbono, tardando varios años en recuperar su papel de sumidero. Sin embargo, se ha visto que influye mucho el grado de deposición de nitrógeno derivado de las actividades humanas. Como resultado de la polución de la atmósfera por nitrógeno activo procedente de la combustión en factorías y vehículos y de la agricultura intensiva, todo el planeta recibe una dosis anual de lo que podría llamarse nitrógeno fertilizante que llega en forma de lluvia, niebla o nieve. Los investigadores de Carboeuropa han visto que por cada kilogramo de nitrógeno que cae al bosque, un extra de 400 kilogramos de carbono es extraído por los árboles de la atmósfera.. Como declara el profesor Magnani, de la Universidad de Bolonia, los bosques que a menudo se consideran como ecosistemas prístinos, están fuertemente condicionados por el entorno humano. Se plantean nuevas cuestiones, por ejemplo si conviene para reducir el dióxido de carbono el abonado de los bosques que, además, producirán más madera que reemplace a los combustibles fósiles. Sea lo que fuere, ahora que hay promesas electorales, la de plantar quinientos millones de árboles en España me parece bien.

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