Diario de León

EL PAISANAJE

La Junta pasa la ITV

Publicado por
ANTONIO NÚÑEZ
León

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SE CUMPLIERON ayer veinticinco años del invento de las autonomías de segunda velocidad, que en el título octavo de la Constitución fueron algo así como el motor de agua para que España siguiera furrulando con los nacionalismos vasco y catalán, los únicos que tenían gasolina de votos. Dijo entonces Martín Villa, hijo de un ferroviario de Santa María del Páramo, por donde ni siquiera pasaba el tren, que «café para todos». En cuanto al día que lo parieron, como para creer en el horóscopo. Las bodas de plata de Castilla y León se celebraron ayer con no pocos fastos y bendiciones oficiales, lo mismo que el arrejuntamiento de otras doce o trece juntas del país. Lo que opina mi suegra vale para toda España cuando me suelta lo de «hijo, si el día que te casaste hubieras ido de compras...». Cosas peores que «castellano y leonés» me han llamado en esta vida, a lo que siempre suelo contestar por lo diplomático que, en realidad, lo que soy es de la provincia de La Bañeza. Eso sí que no tiene pérdida. En cuanto a aniversarios, en vez de celebraciones y como vamos para viejos, uno es más bien partidario de pasar la ITV o, como recetarían en el Sacyl a ciertas edades, un chequeo. ¿La Junta es un yacimiento de empleo para burócratas enchufados? Pues necesita un marcapasos del revés a cobro fiscal revertido. ¿Para hacer una autovía o un AVE a Bragança hace falta un bypass coronario de los reinos y gobiernos de España y Portugal? Mal asunto para la circulación sanguínea, porque quedará en lista de espera y moito obrigado . Ya si pide usted ayuda para la remolacha le dirán que es cosa de Pucela. Para el carbón hay que ir a Bruselas, donde le mandarán al protocolo de Kioto (Japón). Para el cupo de la leche a Francia (Carrefour o Leclerc). Y para apagar un incendio forestal fronterizo al obispo de Astorga, a fin de que las rogativas de lluvia lleguen desde los Ancares de Lugo pasando por Orense y la Sanabria hasta Tras Os Montes. Veinticinco años no es nada, según el tango. A otro con esa milonga.

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