Diario de León

TRIBUNA

Villanueva y la defensa de un disparate Éxito y fracaso escolar

Publicado por
MIGUEL ÁNGEL DÍEZ BAÑOS EMILIO RODRÍGUEZ TAGARRO
León

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el «programa para la mejora del éxito escolar» tiene el objetivo de paliar el fracaso escolar de aquellos alumnos y alumnas interesados en sus estudios pero con reducidas capacidades, al menos en las áreas instrumentales (Lengua Castellana y Matemáticas), para poder superar los contenidos de las diferentes materias. Para ello, la Consejería ha «inventado» proponer una serie de apoyos y refuerzos fuera de la jornada lectiva normal de los centros. Pienso, como muchos de mis compañeros, que esta resolución es desacertada y olvida una serie de medidas que podrían tomarse y de circunstancias ajenas a la cuestión educativa. Repasemos algunas. 1. El análisis de partida referente a las causas del fracaso en la ESO es desacertado y carente de bases sólidas: a) El fracaso escolar no puede deberse a una falta de la carga horaria en las materias instrumentales (Lengua y Matemáticas) pues los períodos lectivos de ambas asignaturas han aumentado en los últimos cursos y los resultados no han mejorado en consonancia. b) Actualmente, cuando hay disponibilidad horaria en los centros, se organizan apoyos y refuerzos precisamente en Lengua y Matemáticas, incluso impartidos por profesorado no especialista. Pero los resultados no mejoran. c) En los casos en los que ya se han tomado varias medidas y éstas no han surtido el efecto deseado, a los alumnos/as se les ofrece entrar en programas de Diversificación, en los cuales las materias citadas constituyen la mayor parte del horario. Aun así los resultados no mejoran. d) El fracaso escolar de los centros, en líneas generales, no implica al alumnado con dificultades en el aprendizaje aunque trabajador e interesado en sus estudios que, supuestamente, serían los destinatarios de este programa «mejora del éxito escolar». Por el contrario, en este tipo de alumnos el centro suele volcar sus recursos y el profesorado está encantado de ayudarles. La consecuencia, al menos en este centro, es que la mayoría de estos alumnos alcanzan los objetivos generales de la etapa consiguiendo la titulación en Secundaria. 2. Pienso que el análisis del fracaso escolar y las actuaciones consiguientes deben ser mucho más profundas y las responsabilidades no deben recaer exclusivamente en la práctica docente, sino que es inexcusable tener en cuenta circunstancias familiares y sociales: la cultura de la imagen eclipsa a la cultura de la lectura. No está de moda el «estudioso» que se esfuerza sino el «listillo» que logra sus metas sin trabajo alguno. 3. Si se quis iera abordar seriamente el problema del fracaso escolar, parece más viable comenzar por pedir la opinión de los profesionales que vivimos diariamente esta problemática. Planteado como se plantea, ahora, bien avanzado el curso escolar y de esta forma unilateral y con estas prisas e improvisaciones, hace sospechar de objetivos bien distintos a los que se pregonan, mucho más cercanos a intereses políticos. Creemos que sería más eficaz dotar a los centros, al inicio del curso, de mayor número de profesores y de conceder una mayor autonomía organizativa en la distribución horaria y ratio profesorado/alumnado. Pero la situación es bien distinta, la Administración se encarga de recordar a los equipos directivos que deben «llenar» sus aulas hasta el cupo legal (aunque «sobre» profesorado), que pueden imponer carga lectiva por encima de los 17 períodos, que no se permitan desdobles,... todo ello en su afán de reducir recursos humanos y económicos que ahora tan alegremente se otorgan. Por todo ello, pedimos la retirada de este programa (por cierto, ¡vaya nombrecito! ¿para qué necesitamos «mejorar el éxito»?) y que se estudien y analicen mucho más seri amente las causas del fracaso escolar. No ha Y, obviamente, argumento posible para defender un disparate técnico-económico como la Sama-Velilla. A su contumaz defensor, vicepresidente segundo y consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, sólo le quedan, para tal objeto, expresiones pretendidamente grandilocuentes, surrealistas y vacías de motivación, contenido, explicación o razonamiento alguno. Veamos dos perlas: «La Sama-Velilla es prioridad nacional». «La Sama Velilla es de interés general para España». ¡El señor consejero, ha hablado! Y se fumó un puro. En primer lugar, señor Villanueva, y que nosotros sepamos, es usted consejero de la Junta de Castilla y León y no ministro del Gobierno «nacional de España». Cuide usted de los intereses de los leoneses que lo colocaron donde ahora está y que le dieron legitimidad para hacerlo con sus votos, y deje para quienes tengan esa responsabilidad, las «prioridades e intereses nacionales», europeos y del mundo mundial. Rece también lo mismo para su jefe el señor Herrera. Y es que no deja de llamarnos poderosamente la atención cómo tantas veces utilizan la coartada de faltos de competencias y se inhiben ustedes a favor del Gobierno «nacional de España», y ahora, toman las que no son suyas. ¡Qué celo digno de mejor causa! Pero es que, señor Villanueva, para lo que seguro no tiene legitimidad ni mandato alguno es para defender los intereses de Red Eléctrica Española. Y es que, por una vez, estamos de acuerdo con una de sus expresiones, aunque nosotros le añadimos el razonamiento faltante: «Hay que ser coherentes» -ha dicho-. Pues claro que tiene usted que ser coherente señor Villanueva. Y es que si sigue . empecinado en la defensa del desatino Sama-Velilla, desastre absoluto para los ciudadanos de León que le colocaron en el cargo que ahora ocupa, lo coherente, señor Villanueva, es que más pronto que tarde, pase a prestar sus servicios en Red Eléctrica y abandone su poltrona de consejero en la Junta en favor de alguien que sí defienda nuestros intereses. Porque con consejeros como usted, al menos en lo que a la Sama-Velilla se refiere, en León, no necesitamos enemigos señor Villanueva. Nos vemos en todo caso en la obligación de recordarle sucintamente que el disparate técnico- económico de la Sama-Velilla le ha sido explicado y razonado en innumerables ocasiones y hasta la saciedad, con detalle y rigor científico. Y alegado -valga la redundancia en este caso- en más de 25.000 alegaciones de toda índole, por personas (ciudadanos de a pie y profesionales de prestigio) físicas y jurídicas, incluida la propia Diputación. Se le ha explicado -dicho sea en términos coloquiales-, que ni al que asó la manteca se le ocurre implantar en la zona de Asturias-León-Palencia -excedentaria en un 80% en producción de energía y soportadora consecuente de una importante degradación de su medio por las infraestructuras correspondientes de centros de producción, subestaciones y líneas-, nuevas plantas de producción -¡y en el punto «nacional» más alejado del de su hipotético consumo!-, nuevas subestaciones y nuevas líneas de alta tensión. Añádase a todo ello la incertidumbre del suministro de combustible: gas natural importado de zonas conflictivas, y las enormes pérdidas por transporte -de su Sama-Velilla- contrarias a toda directriz europea de desarrollo sostenible y protocolos de Kioto varios, y ya tiene servido usted el disparate. Pues bien: a pesar del obviamente desastroso planteamiento de Red Eléctrica Española que usted hace suyo con entusiasmo; a pesar del disparate técnico-económico, se ha mostrado y se muestra usted en un estado de impermeabilidad y autismo absolutos («no vamos a variar la postura» -ha dicho-). Y se está quedando solo en su defensa, como el conductor de la autopista en sentido contrario. Tanto es así que, a lo peor, vamos a dejar de utilizar la expresión «línea de alta tensión Sama-Velilla» y comenzar a utilizar la de «línea de alta tensión del señor Villanueva». Nosotros, señor Villanueva, somos gente bien pensante y de buena fe. Pero reconozca que empieza a mosquearnos su empecinado interés en sostenella y no enmendalla. Nos rompemos la cabeza intentando averiguar y preguntándonos una y otra vez, cuáles serán sus razones para ignorar el clamor científico y ciudadano de los leoneses. Cómo siendo usted consejero de Economía -de cuyos rudimentos y cultura se le supone en posesión, como el valor al cabo-, puede mantenerse en tal contumaz posición en contra de los ciudadanos de León y a favor de Red Eléctrica Española. Usted sabrá señor Villanueva. Nos despedimos instándole a que rectifique, pues rectificar es de sabios. Incluso, de sabios en Economía señor Villanueva.

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