EL RINCÓN
La última promesa
ES CURIOSO el hecho de que mucha gente que me cae muy bien se deba a la circunstancia de que no la conozco personalmente. En esa nómina de comunidad de sentimientos y de inclinaciones afectivas figura el ministro de Sanidad, Bernat Soria. Me parece uno de los pocos contemporáneos que habitan entre nosotros. Ahora acaba de formular el último ofrecimiento electoral. Ha llegado por los pelos, ya que hoy es el gran debate, que no sabemos que tamaño tendrá. Rajoy y Zapatero, mejor dicho, Zapatero y Rajoy se enfrentan en el «ring» plano de los televisores. A ver quién es más encantador, más convincente, sincero y fotogénico. A ambos se les ha adelantado el ministro de Sanidad con dos ofertas muy difíciles de rechazar por los jóvenes: disminuir el IVA de los preservativos, sobre todo cuando se les llamen condones, y garantizar la calidad de las bebidas alcohólicas que se expenden para las orgías cutres del «garrafón». Todos los políticos, sean del partido que sea, intentan hacernos felices. ¿Qué mejor procedimiento que evitar las enfermedades venéreas y la cirrosis? Acierta Bernat Soria, que es un científico y, por lo tanto, un humanista. Ya se sabe que lo recomendable es entrar en sitios de toda confianza: ya sean organismos o bares. Quién evita la ocasión evita el peligro, suele decirse, pero quienes lo dicen omiten añadir que las ocasiones no son nunca evitables. Nada más oportuno y necesario que el ofrecimiento del señor ministro: no sólo puede contribuir a la felicidad de los mileuristas que se reúnen para la olimpiada urbana de alcohol y sexo, sino a la de quienes aspiran a conseguir esa cantidad mensual. Ya falta menos y hay que tener paciencia. Basta con que gane uno de los dos que debatieron anoche.