A escena... las hipotecas Debates y periodistas

LA MEDIDA puede ser muy popular: El Gobierno ha decidido salir al rescate de las familias españolas hipotecadas y con pocos recursos, muy afectadas por la subida de tipos de interés. Según anunció Pedro Solbes en un acto con empresarios en Ciudad Real, estas familias podrán ampliar el plazo de su hipoteca, sin que ello suponga ningún gasto adicional, para reducir la cuota anual. El objetivo es aliviar los pagos hipotecarios por las subidas de los tipos de interés. El vicepresidente económico reconoció que se trata de un tema «complejo» para el que se requiere la colaboración del sector financiero. Solbes aseguró que esta medida, junto a la reducción de 400 euros en el IRPF, «aliviará» los pagos mensuales, aunque no concretó qué nivel de dificultad o endeudamiento necesitará una familia para poder acceder a esta ventaja. Evidentemente, las entidades financieras estarán conformes con la iniciativa pues es un remedio para la morosidad. TANTAS han sido las condiciones, y las exigencias de los protagonistas (y sus estados mayores) del debate de ayer y del próximo que, en realidad, tales eventos consisten en una secuencia encadenada de intervenciones casi monologales, ante la presencia muda de un periodista cuya misión es la de controlar los tiempos. Ya ocurrió en el debate Solbes-Pizarro cuyo conductor comentó ingenuamente, que nunca había tenido menos trabajo para moderar un debate. Ni a estos cara a cara se les puede denominar propiamente debates, ni los periodistas deberían prestarse a estos paripés en los que son relegados al papel de convidados de piedra. Los debates deberían plantearse como verdaderas controversias entre un plantel de acreditados periodistas, dispuestos a preguntar lo que creyeran oportuno, y los dos líderes sometidos al escrutinio de la opinión pública. De la misma manera que el periodista cabal y honrado no se prestaría jamás a «negociar» los términos de una entrevista periodística con un político, tampoco es de recibo que se consienta que los burócratas de partido marquen límites a un acto periodístico.