YA SABEMOS cuáles van a ser los dos temas estrella del próximo debate Zapatero/Rajoy: la violencia machista y la economía. La economía otra vez, y no porque Rajoy quiera refrotar a ZP los últimos datos económicos, con cierta carga ya de pesimismo, sino porque los electores quieren saber si la desaceleración de nuestra economía es más pronunciada de lo esperado, como afirma el Banco de España, y si sólo se trata de que avanza más despacio o va a pararse en seco. La desconfianza de los consumidores españoles ha crecido hasta niveles de hace catorce años. Y las turbulencias en los mercados financieros hacen sentir más claramente su efecto negativo en el mundo del dinero. Pero las cuatro mujeres muertas ayer a manos de sus ex compañeros dan un fuerte aldabonazo en la sensibilidad social y en los tres poderes del Estado. El Consejo General del Poder Judicial interrumpió una sesión plenaria para concentrarse en la calle, a las puertas del Consejo, en señal de protesta por tan acentuada espiral de violencia doméstica. Una asistente social del Puerto de Santa María, donde ayer murió Maria Victoria, calificaba estos crímenes como
. A María Victoria se unían María José en Valladolid, Virma en Cullera, y Laura en Madrid, a ninguna de las cuales les sirvió de escudo protector la Ley Integral de Medidas contra la Violencia de Género, cuyo escaso tiempo de vigencia no ha conseguido convertirla en un factor disuasorio para los homicidas ni transmitir su mensaje tutelar a las posibles víctimas, ni siquiera implicar suficientemente en el problema a familiares y vecinos. Es de esperar que Rajoy no responsabilice a ZP de estos crímenes y debe suponerse que ZP va a acelerar de aquí al lunes todos los proyectos -judiciales, policiales, económicos y sociales- que den mayor operatividad a la Ley integral. Esta clase de homicidas padecen una malformación moral que arrancaría de los orígenes del machismo, muy cercanos al origen del hombre, pero que en España no se ha intentado corregir debida y oportunamente. Habría como una mafia invertebrada de machos ibéricos, con algún latinoamericano compartiendo nuestra sangre en sus venas y derramando sangre en su emparejamiento, que acongoja más que las organizaciones del crimen organizado. Y la economía, que se desacelera más deprisa de lo que se pensaba. Malo para el país, malo para las expectativas electorales del PSOE y más bien bueno para las del PP. No hagan «zaping» el lunes cuando aparezcan en las pantallas de televisión Rajoy y Zapatero.