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Publicado por
MIGUEL PAZ CABANAS
León

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TAL VEZ lo más estimulante de la democracia no consista sólo en votar a un líder en condiciones de libertad, sin coacciones morales ni físicas, sino en levantarte de madrugada con la certeza de que tienes claro (además de saber que quien te llama a esas horas no es la policía militar) en quién no depositarás tu confianza pasase lo que pasase. Dicho esto, yo no confiaría, por ejemplo, en alguien que sólo se rodea de incondicionales y aduladores, y que asiste a plazas llenas de acólitos pensando que el mundo entero se rinde a sus pies y él es el rey del mambo. Yo no confiaría en un candidato que, proclamándose de izquierdas, nunca haya leído a Popper o Adam Smith, y de derechas, a Gramsci, Chomski o el Sr. Marx. No confiaría, tampoco, en un tipo que nada en dinero, ni en alguien que no haya pasado estrecheces en algún momento de su vida, pues, como decía el bueno de Balzac, detrás de cada gran fortuna hay un crimen, a lo mejor no imputable al susodicho, pero sí a su padre o bisabuelo. No confiaría en quien favorece, ampara o sostiene con fondos públicos (excepto cuando se trate de actividades en favor de los más excluidos) a cualquier organización religiosa, en un país constitucionalmente laico como el nuestro. No me fiaría de los soberbios y los mediocres, de quienes, a su ignorancia, unen una actitud de suficiencia petulante. No me fiaría de alguien que no haya leído El Quijote , ni Moby Dick , ni tenga unos conocimientos razonables de historia, economía y filosofía. No confiaría en alguien que no admire profundamente a Bach y John Ford. Por no confiar, no confiaría en un candidato que no sepa que Jim Morrison está enterrado en París, en alguien que no acostumbre a reírse alguna vez de sí mismo o que, frente al resto de los líderes, piense que sólo a él le asiste la razón. Sí, sé que ese candidato es imposible de encontrar, pero para no poner las cosas difíciles y no pasar por caprichoso, me conformaría con que hiciese gala de tres cualidades: aceptar críticas, ser humilde y, si es posible, no mentir.