Feminismo

EL PP no apoyó la Ley de Igualdad en el Parlamento e inclusó la denunció como inconstitucional, como hizo con algún artículo de la Ley de Violencia de Género. Por eso Rajoy se ha inventado a una niña a la que su hipotético Gobierno va a colocar en la cúpside del país, del mundo y del universo... El típico cuento de hadas. Pero resulta curioso que el PSOE no sea más incisivo a la hora de «vender» electoralmente no sólo esta ley, sino la mayoría de los avances sociales que ha propiciado en los últimos cuatro años. La realidad, suele decirse, es tozuda. La Ley de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres ha duplicado el porcentaje de candidatas en las listas electorales, lo mismo que incidió sobre una mayor participación de las mujeres en las elecciones municipales del 2007. La ley, por fin y con todos sus límites, se ha adaptado a la realidad; ahora falta que ciertas mentalidades se adapten a la realidad y a la ley. Pero, ¿cómo se ha llegado a este punto? Desde luego no ha sido un camino corto, ni fácil. Ni mucho menos, el cuento de hadas de Rajoy. No ha sido, desde luego, ningún regalo. Y queda mucho por andar. Como señala Nina Infante, una paramesa que preside el Forum de Política Feminista en España, «los logros de estos 20 años son fruto no sólo de las leyes y políticas de los poderes públicos, sino también de la sociedad civil, especialmente del activismo feminista de muchas mujeres». El feminismo se vindica, con esta trayectoria, como un puntal de la democracia participativa y como una palanca que ha removido inercias y mentalidades para lograr que «las instituciones de democracia representativa lo sean de verdad, es decir, paritarias de mujeres y hombres como estableció la Declaración de Atenas de 1992». El feminismo, pues, se merece un reconocimiento doble en esta semana. El de la clase política y el social. El martes se presenta en León, en la Fundación Sierra Pambley, el libro sobre estos veinte años del Forum de Política Feminista.