EL MIRADOR
Tras el debate y antes del debate
SE INSISTE en la relevancia e interés que tuvo el debate del lunes entre Zapatero y Rajoy: nada menos que trece millones de televidentes, todo un récord comparable a la elección de la cantante Rosa para el Festival de Eurovisión, nada menos... Y es el tiempo de analizar ese primer debate pensando en el siguiente, del lunes próximo. Parece que los candidatos se han visto y revisionado con sus colaboradores y expertos de imagen, y en los partidos se esperan «cosas distintas» de sus correspondientes líderes. De Zapatero se confía en que añadirá a su credibilidad una mayor vehemencia contra un candidato agresivo. También se han advertido muy serias mentiras y medias verdades en las respectivas intervenciones. Los dos candidatos no tienen todos los datos en la cabeza, y prefieren amoldarlos a su conveniencia. Con toda probabilidad, hubo en la intervención de Rajoy más detalles «a considerar»: primera y principal, su acusación de que Zapatero había agredido a las víctimas del terrorismo, acusación que naturalmente, ha reiterado el líder de la AVT, José Alcaraz. ¿Quién ha agredido a quién: Zapatero a Alcaraz, o éste al presidente? Cabe recordar que el líder de AVT, que apareció en una decena de manifestaciones callejeras, en Madrid, del brazo de Rajoy, contra la política antiterrorista de Zapatero, está pendiente de una decisión judicial por graves injurias e insultos al jefe del Gobierno. Es evidente que no hay la menor simpatía entre los dos personajes, y que la AVT fue un añadido y complemento de LL a lo largo de toda la legislatura, después de que el Gobierno mostrara su preferencia por otra asociación de víctimas, la que encabeza Pilar Manjón. Luego, los detalles cómico-burlescos. La quiosquera que me atiende me transmitía su perplejidad por el despiste y desapego de los políticos con la realidad de la nación: Zapatero no acierta con el precio del café, y Rajoy no tiene idea sobre qué es un bonobús... La niña de Rajoy es otro personaje del que ya sacan punta políticos y humoristas por igual. Antes fue el primo de Rajoy, el del cambio climático, que quedó luego abandonado y marginado por los programas del PP en esa materia del clima. Después del primo, la niña, sobre la que Zapatero dice que sería bueno que se beneficiara de una ley de igualdad a la que el PP se resiste y contra la que recurre. Hay bastante coincidencia, pero no unanimidad, en que Zapatero venció a Rajoy. Pero hay «segundas partes», y puede haber revancha. Ninguno querrá perder esa nueva oportunidad.