EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
El Constitucional pierde los papeles Cerrar fronteras
MUCHOS ciudadanos de a pie nos sentimos defendidos y reconfortados por la airada crítica del fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, a la sentencia del Constitucional que absolvía de estafa a los Albertos por una pintoresca interpretación del criterio jurídico de la prescripción, que por añadidura cambiaba la doctrina vigente (en realidad, la sentencia consideraba probada la estafa, pero exoneraba a sus autores por la mencionada razón técnica). Pues bien: el pleno del Tribunal Constitucional se dirigió al presidente del Gobierno para «comunicar su rechazo» a dichas manifestaciones públicas. El Constitucional chocaba frontalmente con la existente hasta este momento del Supremo, lo que también ha provocado un enfrentamiento institucional entre ambos tribunales. Es un escándalo lo que ha ocurrido, y lo es asimismo que el Constitucional quiera todavía que la opinión pública comulgue con ruedas de molino. PESE AL CONTROL cada vez más estricto de los flujos migratorios provenientes del Sur mediante pateras y cayucos, gracias a la mayor vigilancia y a los acuerdos políticos de repatriación, es bien conocido que los principales flujos de inmigrantes irregulares ingresan en nuestro país a través de las fronteras convencionales. Durante la gran bonanza de la última década, la relajación de estos controles no preocupaba a nadie. De hecho, gracias a esta afluencia de mano de obra ha sido posible incrementar la población ocupada y crecer a cotas insólitas. Ahora, sin embargo, el enfriamiento de la construcción está llevando al paro a miles de inmigrantes que sostuvieron el sector. No sería sensato permitir que otros inmigrantes nuevos llegasen a engrosar las bolsas del desempleo a su llegada. Sin demagogia, gane quien gane las elecciones ha de tomar medidas a este respecto sin dar tres cuartos al pregonero. No hay que cerrar fronteras, pero sí establecer algunos mayores rozamientos a los caudales de llegada si queremos que este país no se convierta en una bomba en potencia, al borde del estallido social. 1397124194