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Publicado por
CHARO ZARZALEJOS
León

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ESTA NOCHE concluye la campaña. La de verdad, porque lo que queda, en el fondo, son los grandes mítines de cierre, esos que son lo más parecido a una terapia de grupo y un bálsamo para los candidatos. Los aplausos, abrazos y gritos de adhesión les reconfortan, sabiendo que lo que tenían que vender está vendido. El nuevo y último duelo entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy pone fin a unas jornadas de auténtico pugilato entre los dos hombres que se disputan nada menos que el Gobierno de España. Desde los cuatrocientos euros de Rodríguez Zapatero a la niña de Rajoy se han entrelazado ocurrencias, promesas imposibles, descalificaciones innecesarias y pasiones. Muchas pasiones que buscan en la noche de mañana, lunes, un concurso de boxeo más que un espectáculo de esgrima. Me quedo con la esgrima. Es más elegante, más sutil y requiere de una especial inteligencia para mover con acierto la muñeca. El boxeo, que tiene su técnica, es bronco, violento. Duro. El derrotado es derrotado total. Hasta le sale sangre. Mejor, pues, la esgrima. Para ganar basta con dejar al contrincante sin espada.Para el duelo de mañana, los protagonistas están obligados a mejorarse a sí mismos, a no defraudar las expectativas que a modo de soga han ido trenzando sobre sus cuellos los respectivos clubs. Para colmo, se ven en la necesidad de ganar a las encuestas, que hoy proliferan por doquier. Haciendo la media de todas ellas resulta que la línea que separa la derrota del triunfo es fina, muy fina. Los expertos en demoscopia dicen que en la participación está la clave. ¿Y el silencio? Más allá de los mítines, encuestas y debates, en las calles españolas hay tanto interés como silencio. Y ya se sabe que en silencio lo mismo se larvan las trombas de agua que cae el muro de Berlín. Quizás sea una ocurrencia, pero ¿qué quieren que les diga?, no hay que descartar que el ganador vaya a ser el que haya sabido escuchar el silencio. Comprendo que es para nota...